Una verja impide salir al exterior a tres mineros enfermos de Carbones San Antonio
La dirección de Carbones San Antonio colocó ayer una gruesa verja de hierro en la bocamina "como medida de seguridad" que impidió que salieran al exterior tres mineros enfermos de los 11 que permanecen encerrados a unos 300 metros de profundidad desde el pasado día 20 en señal de protesta por el despido de un trabajador. En la noche del pasado jueves tuvieron que abandonar la mina cuatro trabajadores por problemas respiratorios y de depresión.
Los encerrados pasaron la jornada de ayer encaramados a la verja exigiendo a gritos "justicia" al mismo tiempo que manifestaban que la medida de la empresa era dictatorial y antidemocrática. Numerosos familiares, compañeros de los encerrados y dirigentes de los sindicatos Comisiones Obreras y UGT se encontraban al pie de la mina.A las seis de la tarde la empresa, a requerimiento de los trabajadores, decidió retirar el candado por lo que es probable que, durante la noche, se decidan a abandonar el encierro los mineros que tienen problemas de salud y se incorporen otros nuevos al encierro. La bocamina estaba vigilada por fuerzas de la Guardia Civil.
La explotación de Carbones San Antonio, situada en Santa Marina de Torre, en los alrededores de Ponferrada, es propiedad del presidente de la Cámara de Comercio de León, Emiliano Sánchez Lombas.
Despido
Los cerca de 200 trabajadores de la plantilla llevan a cabo una huelga desde hace 12 días en protesta por el despido de Oswaldo dos Santos, a quien la empresa asegura haber sorprendido trabajando en un huerto estando de baja por enfermedad, extremo que ha sido rotundamente negado y por Dos Santos y por los sindicatos CC OO y UGT, que han aportado pruebas al respecto de que en el momento que dice la empresa que estaba en la tierra de labor, el trabajador se encontraba fuera de la provincia en un reconocimiento médico.Diecisiete trabajadores iniciaron un encierro el jueves de la pasada semana para forzar a la empresa a la readmisión del minero portugués, cuya esposa, Tomasa González, permanece día y noche en el exterior de la explotación. Ayer por la tarde se celebró una asamblea de delegados de empresas mineras de CC OO, a la que asistieron más de un centenar de trabajadores, en la que se decidió mantener reuniones con las administraciones central y autonómica para buscar soluciones a la conflictividad del sector y proponer una movilización general del sector en la semana del 7 al 14 de noviembre que podría culminar con un paro de uno o dos días.
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