Los nacionalistas serbios aceptan desconvocar su manifestación en Belgrado
El anuncio de sectores del movimiento nacionalista serbio de manifestarse ayer en la capital de Yugoslavia, Belgrado, pese a la desconvocatoria oficial de la gran concentración de apoyo a la política del líder de Serbia, Slobodan Milosevic, y en contra de la dirección comunista de la provincia de Kosovo (de mayoría albanesa), no se cumplió.
La indignación que produjeron en Serbia los resultados del pleno del Comité Central de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia (LCY) y el bloqueo de la reforma constitucional que volvió a hacerse patente el viernes en el Parlamento hace prever sin embargo, nuevas manifestaciones en los próximos días y semanas.El otrora semanario liberal Nin, hoy órgano del movimiento nacionalista serbio de apoyo a Milosevic, califica de "cerco de acoso a Serbia" los citados acuerdos.
En Belgrado, medios políticos consideraban ayer que una gran manifestación serbia en la capital, pocos días después de imponerse en el Comité Central una alianza en contra de Milosevic, hubiera aislado aún más al líder serbio. No obstante, se mantiene la convocatoria.
Un grupo de 38 serbios de Kosovo que habían anunciado para ayer el comienzo de una huelga de hambre hasta que dimita la dirección comunista de Kosovo ha pospuesto hasta el miércoles el principio de su protesta, que forma parte de la ofensiva serbia contra la dirección comunista de Pristina.
Influencia política
La tranquilidad era absoluta en el parque de Novi Beograd, junto a la sede del Comité Central de la Liga de los Comunistas Yugoslavos, donde se esperaba se concentraran hasta cerca de un millón de serbios y montenegrinos. Pese a las afirmaciones de la dirección comunista de Serbia de que no tiene influencia directa sobre las manifestaciones que se han prodigado desde julio, los organizadores lograron, al parecer, imponer el criterio de la oportunidad política de no concentrarse ayer en Belgrado. El Comité de Solidaridad con Serbios y Montenegrinos de Kosovo, que organiza las manifestaciones, está dirigido por Mico Sparavalo, ex partisano y coronel retirado del espionaje yugoslavo.
El Partido Comunista de Serbia no está dispuesto, por otra parte, a acatar la votación del Comité Central que negó la confianza a Dusan Ckrebic, hombre de confianza de Milosevic, en una votación secreta que se convirtió en una manifestación de condena del Comité Central a la política del líder serbio.
Mientras, en el Parlamento no hay acercamiento entre las repúblicas sobre la reforma constitucional. Eslovenia se niega a afrontar una nueva ley de financiación de las Fuerzas Armadas que supondría que esta república (8% de la población) habría de financiar el 27% del presupuesto militar. Su dirección no podría justificar ante su población esta ley tras claras amenazas de la cúpula militar a la soberanía eslovena antes del verano y la posterior condena de un tribunal militar a tres periodistas eslovenos por ejercer una libertad de expresión que Gobierno y partido de Lubiana defienden.
Más información en la revista Domingo.
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