¿Un equipo viejo?

L. G., "Es un equipo veterano. No hay duda. Pero para sacar el mejor partido de los jugadores tenemos que apoyarles con los jóvenes. Debemos cuidar el número de minutos que cada uno está en la cancha y cómo maximizar su esfuerzo. Creo que hay que quitarles tiempo de juego a los titulares y hacer mejores a algunos suplentes". Jim Rodgers es el nuevo técnico de los Celtics, el sustituto de KC Jones. Rodgers no es ajeno a la casa porque ha trabajado en ella e incluso ha sido obligado a rechazar sustanciosas ofertas, como la del New York Knicks. Rodgers es un nuevo eslabón en la historia de este club repleto de tradiciones y que se apresta a afrontar lo que algunos técnicos consideran como otra difícil etapa. Todo el mundo habla de los viejos Celtics y casi todo el mundo pronostica hacia otro lado cuando apunta a los próximos campeones. Pero ellos se resisten porque en su vocabulario es frecuente la palabra orgullo y están dispuestos a hacer lo que sea, aunque para las figuras signifique estar menos tiempo en la cancha: "Si eso es lo que piensa Rodgers, estoy con él", dice McHale.

Los Celtics se han dado cuenta de que el probable mejor quinteto de su historia -Dennis Johnson, Danny Aine, Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish- no puede, por edad, mantener el peso de tanta historia por sí solo. Jugadores acostumbrados a estar casi 40 minutos en la cancha, pero que superan los 30 años; jugadores acostumbrados a ganar con un juego controlado, pero lento, se han dado cuenta, como Rodgers, de que los tiempos cambian: "Cuando ves que otros equipos te amenazan con todo su banquillo, te das cuenta de que tenemos que empezar a hacer lo mismo". Así que Rodgers introduce una nueva filosofía: correr más y utilizar más gente. "No debemos tener miedo a otros equipos en un juego de transición, a un ritmo rápido. Tengo grandes esperanzas en nuestra gente joven". Esos jóvenes son Reggie Lewis, Brad Lohaus y Marc Acres, nuevos nombres que no son grandes estrellas... por ahora.