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Fotonoticia:

Final trágico de una persecución.

El surcoreano Chi Kang Hyun, que sostiene amenazadoramente una pistola amartillada que apunta a su propia cabeza, pertenecía a una banda de delincuentes que se evadieron de una prisión de Seúl el pasado 8 de octubre. La policía había detenido ya a todos los evadidos excepto a Chi, que fue el último en ser localizado en la capital. Cuando policías de elite rodearon la casa en que se encontraba, el delincuente se hizo con una rehén y amenazó con saltarse la tapa de los sesos -momento que recoge la fotografía- Posteriormente, los agentes asaltaron el lugar y Chi fue tiroteado. La rehén no sufrió daños y el delincuente falleció en un hospital, informaron las fuerzas de seguridad.

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