Filipinas y EE UU prorrogan el acuerdo sobre las bases

Los Gobiernos de Estados Unidos y de Filipinas firmarán hoy en Washington un acuerdo para la prórroga hasta septiembre de 1991 del tratado bilateral que regula la existencia de las bases militares estadounidenses en Filipinas. La presidenta de Filipinas, Corazón, Cory, Aquino, confirmó ayer en Manda la conclusión del compromiso, pero añadió que continúan "abiertas todas las opciones" para después de 1991.

El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y el ministro de Asuntos Exteriores filipino, Raúl Manglapus, firmarán finalmente la prórroga del acuerdo, poniendo así punto final a ocho meses de conversaciones en torno al litigio de las compensaciones financieras que solicitó Manila.Se ignora aún cuál será la cantidad exacta -la cifra se concretará hoy con la firma de la prórroga-, aunque es posible que quede por debajo de las peticiones iniciales planteadas por Filipinas. El Gobierno de Aquino solicitó a la Administración del presidente Ronald Reagan un total de 1.200 millones de dólares (unos 150.000 millones de pesetas) adicionales para el año 1990 y 1991. Es probable que la cifra sea inferior -se habla de 1.000 millones de dólares, entre ayuda militar, económica y financiera aunque varían los cálculos, según procedan de EE UU o de Filipinas.

Cory Aquino no aportó ayer ningún detalle en Manila sobre si Washington ha accedido o no a la demanda filipina de vincular la prórroga de las bases militares a la renegociación de la importante deuda exterior filipina -contraída en su mayor parte con instituciones bancarias estadounidenses-, que roza ya los 30.000 millones de dólares.

En el plano político, la firma para la prórroga de las instalaciones militares norteamericanas, concede un respiro a la presidenta Aquino ante las críticas de la derecha y de los medios militares, firmes partidarios de continuar con los acuerdos bilaterales que datan de 1947 y que fueron renegociados durante la época de la dictadura del presidente Ferdinand Marcos. Por otro lado, los partidos de la izquierda, junto a la guerrilla comunista del Nuevo Ejército Popular (NEP) -que en algunas ocasiones atentó contra las instalaciones militares de EE UU- han denunciado reiteradamente la existencia de las bases.

Estados Unidos cuenta con más de 40.000 soldados y personal auxiliar en las bases de Clark (aérea) y Subic (naval) situadas a unos 80 kilómetros al noreste de Manila, así como otras cuatro de menos importancia repartidas en otras áreas del país. Estas bases militares son las más importantes que tiene EE UU fuera de su territorio y están consideradas como de importancia vital por los estrategas del Pentágono, para la defensa del Sureste Asiático y el control de las vías de acceso marítimo a Japón.

En la balanza estratégica entre las dos grandes potencias, las bases de EE UU fueron consideradas como moneda de cambio para la distensión en Asia por el líder soviético, Mijail Gorbachov. La URSS anunció recientemente que estaría dispuesta a desmantelar su base de Camram (Vietnam) si Washington hace otro tanto con las suyas en Filipinas.

Aunque la prórroga del acuerdo supone un paso positivo para las relaciones entre Filipinas y EE UU, el hecho de que Cory Aquino recuerde que siguen abiertas todas las opciones" para renegociar la continuidad de las mismas, a partir de 1991, sigue dejando abierta una incógnita.