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RELIGIÓN

El déficit del Vaticano ascendió a unos 8.000 millones de pesetas en 1987

El Vaticano tuvo en 1987 un déficit de 63,8 millones de dólares (unos 8.000 millones de pesetas), según anunciaron fuentes de la Santa Sede, que pidieron una mayor aportación de los fieles a la Iglesia católica. El déficit es el de mayores proporciones desde que el Vaticano comenzó a dar a conocer algunos datos sobre su situación financiera, a principios de los ochenta. En 1986, el déficit fue de 56,7 millones de dólares (unos 6.400 millones de pesetas).

La comisión de cardenales que se encarga de las finanzas vaticanas prevé que en 1988 se incrementen los números rojos y ha advertido que se han gastado incluso los fondos de reserva, según informa la agencia Reuter. "La comisión, por lo tanto, hace un llamamiento urgente a todas las diócesis, congregaciones e institutos religiosos así como a los fieles para que incrementen su colaboración económica hacia la Santa Sede y permitan llevar a cabo su misión pastoral", se afirma en una declaración de la mencionada comisión.Tal como en años pasados, el Vaticano ha asegurado que parte del déficit de 1987 será cubierto con lo proporcionado por el óbolo de San Pedro, la colecta que se hace en los templos de todo el mundo para el uso del Papa. Esta colecta alcanzó el año pasado los 50 millones de dólares, frente a los 32 de 1986.

En realidad fue ese año cuando por vez primera se hizo pública, por voluntad explícita del Papa, la cuenta general de resultados. En 1986 el déficit ascendió a 6.400 millones de pesetas. Ahora, según reconocen los cardenales, corren peligro incluso los fondos de reserva.

Tampoco hay previsiones demasiado optimistas sobre el déficit del año en curso, que en un principio se había estimado en 66 millones de dólares, cifra que probablemente superará.

La principal partida de gastos son los de personal, que suponen el 54%. del presupuesto. La fuente principal de ingresos, cerca de 38 millones de dólares, lo constituyen las inversiones bancarias y propiedades.

El escándalo del Banco Ambrosiano, una pequeña parte del cual pertenecía al Vaticano, dejó maltrechas las finanzas de la Santa Sede desde 1982. El propio cardenal Agostino Casaroli, secretario de Estado, llegó a hablar hace unos años de la posibilidad de que se hipotecara el patrimonio artístico.

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