Robert Kleiman

Tiene el currículo profesional con el que sueñan los alumnos de periodismo, y a sus 70 años todavía conserva una ingenuidad muy norteamericana, ideal para eludir preguntas algo molestas. Robert Kleiman, miembro del consejo editorial del prestigioso The New York Times, que visita España por primera vez, ha sido reportero de The Washington Post, corresponsal en varios países europeos de la revista US News and World Report y de la cadena de televisión CBS antes de incorporarse a The New York Times.

En lo único que parece no haber tenido éxito Kleiman -que tiene una carrera jalonada de premios- ha sido en contagiar la pasión por el periodismo a su descendencia. Ninguno de sus cuatro hijos ha seguido el camino del reporterismo. Tampoco heredó Kleiman esta vocación de su padre, que se dedicó siempre a los negocios. "Hay pintores y hombres de negocios, pero ningún periodista, aparte de mí, en la familia", reconoce este periodista con 50 años de experiencia que, habla alemán, francés y ruso.Nacido en Nueva York, se graduó en Historia Contemporánea Europea y Literatura Inglesa en la universidad de Michigan. De esta institución recuerda, sobre todo, su participación en el Daily Michigan, un periódico universitario con auténtica categoría profesional. "Desde ese periódico defendimos la causa republicana durante la guerra civil española y apoyamos a los obreros norteamericanos en las graves huelgas de los años cuarenta. Esta posición nos llevó en muchas ocasiones a enfrentamientos con los poderes locales. Michigan ha sido siempre una ciudad muy conservadora. En ella han ganado siempre los republicanos, salvo en una ocasión", dice Kleiman, "justamente en la segunda campaña de Abraham Lincoln, que era republicano, pero que, naturalmente, representaba al liberalismo progresista en su tiempo".

Kleiman, testigo de excepción de la evolución del periodismo y de las propias empresas de comunicación, considera que la influencia de la prensa escrita es muy limitada en el terreno político. "En nuestro país sólo cuenta la imagen", dice, "lo único que les interesa a los candidatos a la presidencia son las cadenas de televisión".

Ni siquiera su periódico, The New York Times, con una tirada de un millón de ejemplares diarios (millón y medio los domingos), se escapa a esta limitación. No obstante, Kleiman sonríe con picardía para matizar después que no se puede ocultar la influencia de The New York Times en las capas dirigentes.

Corresponsal en Moscú y en varias capitales del Este nada más finalizar la II Guerra Mundial, se ha convertido en un experto en temas europeos, si se excluyen las transformaciones políticas sufridas por nuestro país. En este punto, Kleiman, y más allá del período 1936-1939, no se aventura a hacer un comentario, e incluso hace pensar a su interlocutor si está al corriente de la transición democrática española.

Actualmente trabaja en la elaboración de un libro sobre las alianzas en el mundo occidental, becado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de la universidad de Georgetown, de Washington. También es profesor de la universidad de Columbia, en Nueva York, y este invierno dará un curso sobre el mismo tema en la universidad de Stanford.