Ausencia de reacciones
Los mercados de valores mantienen sus constantes vitales dentro de una banda en la que el desconcierto es la nota dominante. No existe un papel importante, pero tampoco el dinero se muestra dispuesto a tomar la iniciativa, con lo que toda la capacidad de maniobra queda reducida a aquéllo que el corto plazo esté dispuesto a aportar y, hoy por hoy, no parece demasiado. Las bajas de los días anteriores tuvieron como protagonista al papel generado por las operaciones con crédito al mercado, y parece que la cosa no va a ir a más, pero la capacidad compradora de la barandilla tampoco ofrece una base sólida para atraer al dinero.La incapacidad actual de los mercados de valores para mejorar o empeorar puede explicarse tan solo por la expectativas, sobre tipos de interés, a todas luces alcistas.
La subida en el rendimiento de los bonos del Tesoro a tres años era esperada, pero el nivel en que se ha movido la oferta de dinero demuestra hasta dónde está el mercado dispuesto a tomar posiciones con los precios actuales. La existencia de liquidez ya no garantiza la colocación de activos por debajo del 12%, y ésto es aIgo que los habituales de la renta variable tienen muy en cuenta.
La sesión fue un simple ajuste de posiciones a las circunstancias imperantes, con una serie de altibajos que favorecieron más a los valores industriales y que demostraron que la buena voluntad no es suficiente para mover el mercado. Los valores bancarios tuvieron que repetir en bloque, ante el retroceso del dinero y la insistencia de los vendedores, lo que vino a confirmar la ausencia de una orientación definida también a corto plazo.