Acaba la transición
La transición del partido de los socialistas vascos desde la era de Txiki Benegas hacia una nueva etapa culminó ayer con el abrazo de Ramón Jáuregui y Ricardo García Damborenea, celebrado con la ovación unánime de los más de 300 delegados e invitados reunidos en un hotel.El secretario general del Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) daba un paso decisivo para la consolidación y el reconocimiento de su liderazgo. Jáuregui se desembaraza de la parte más incómoda de la herencia recibida de su antecesor.
Este donostiarra de 40 años de edad, con formación de abogado y sindicalista, concentra en sus manos la gestión de los socialistas en el Ejecutivo autónomo de coalición, el control efectivo del partido, una vez saldadas las cuentas internas, y la representación pública del patrimonio político del PSE como inevitable candidato a la presidencia del Gobierno vasco en las próximas elecciones autonómicas.
El pacto sellado ayer en Bilbao subraya la decisión de imprimir a su liderazgo un nuevo estilo, al conseguir un acuerdo que no resultó posible. durante los tres últimos años de mandato de Benegas.
La situación del partido se había convertido en el principal obstáculo para la credibilidad del mensaje conciliador del PSE.
El prestigio dialogante y negociador de su secretario general tampoco ganaban con el enfrentamiento interno, la virulencia que adquirió a raíz de la elección de la ejecutiva nacional en junio -con sospechas nunca suficientemente aclaradas de fraude- y la incapacidad del congreso celebrado en San Sebastián para encontrar una síntesis.
