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El 25% de los cines de Madrid ha cerrado en los últimos años

Cuarenta y siete salas de exhibición cinematográfica han cerrado en Madrid desde 1983, lo que representa el 25% de las existentes en aquella fecha, según datos facilitados por la Sociedad de Empresarios de Espectáculos de España. Ahora permanecen abiertas cerca de 150. El descenso está, sin embargo, por debajo de la media nacional, que sitúa en torno al 41% para el mismo período. Muchos cines de estreno han tenido que convertirse en discotecas o restaurantes.

Tomás Junquera, presidente de la citada sociedad, destaca la competencia desleal de Televisión Española, de los vídeos comunitarios, de las exhibiciones públicas piratas en bares, y del propio Ayuntamiento como causas principales de la. desaparición de salas de exhibición.Junquera es especialmente prudente a la hora de citar casos concretos de salas que permanecen cerradas sin dedicación alguna, por temor a que la Administración definitivamente no conceda el cambio de negocio. La dificultad para conseguir el cambio de dedicación hace que algunos cines permanezcan como "almacenes de ratas".

El gerente de Urbanismo, Ángel Cano, dictó la pasada semana un decreto interpretativo del Plan General de Urbanismo por el que se permite que todos aquellos cines que han de mantenerse como tales según las ordenanzas municipales puedan dedicar una parte de su espacio a otros negocios. Hay, sin embargo, una condición tajante: que permanezca siempre una sala de exhibición con un mínimo de 2(_.)0 localidades. "Hemos intentado así ser flexibles con la evolución experimentada por la industria cinematográfica", explica Cano.

En la calle de Alcalá, cerca de la plaza de las Ventas, hay dos grandes locales con la entrada tapiada que conservan aún sus letreros e incluso la tabla de precios. El cine Voz, en el número 184, y el San Remo, en el 198 son dos casos bien ilustrativos de quienes cambiaron el león de la Metro por las ratas. La cruel coincidencia ha mantenido un cartel en el Voz, que anuncia: El principio del final, teatro musical. El mítico cine Doré, conocido como Palacio de las Pipas, y uno de los primeros en abrir en la ciudad, ha permanecido cerrado más de veinte años. En su caso la historia ha tenido final feliz. En 1982 lo compró el Ayuntamiento para cedérselo al Ministerio de Cultura como sede de la Filmoteca Española.

Cines de estreno

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Cines de estreno como los Windsor, el Richmond de la calle de Lagasca, el Salamanca, el Urquijo, el Gayarre, el Jorge Juan o el Metropolitano de la calle de Reina Victoria dejaron de proyectar películas. Por poner dos ejemplos: el edificio del primero pasó a manos de una cadena de grandes almacenes; el último, el Metropolitano, se transformó hace un par de años en un lujoso local para banquetes. Otras grandes salas han optado por apurar gastos convirtiéndose en multisalas Es el caso del cine Aluche, el Madrid, el Luchana o el Palacio de la Música.

Tomás Junquera se refiere a la legislación francesa, que incluye subvenciones a fondo perdido para la reforma de las salas, como modelo de protección de los cines. "Es muy sencillo. Aquí sólo tendríamos que copiarla".

Las críticas al Ayuntamiento aluden a las campañas de barrio en que se organizan ciclos de películas en locales municipales y especialmente a la organización de los Veranos de la Villa.

El cine al aire libre en la Chopera del Retiro (el pasado verano ha captado la atención de 85.000 espectadores) es la espina que tienen clavada los empresarios madrileños. Aluden a la competencia desleal, -"porque, ellos no tienen que pagar impuestos", dicen- y repiten que más de una vez han ofrecido llegar a un acuerdo para que éste y otros ciclos de cine programados por el Ayuntamiento se exhiban en las salas comerciales. En este punto, Junquera vuelve a echar en falta el modélico proceder de la Administración francesa.

Problemas de reconversión

El concejal de cultura del Ayuntamiento de Madrid, Ramón Herrero, reconoce que son muchos los problemas que acechan al cine y muchos los costes que han de afrontar los empresarios para su reconversión. "El Ayuntamiento", asegura, "estaría dispuesto a colaborar en un plan amplio de ayudas, que, en cualquier caso, tendría que venir avalado por la Administración central".

En cuanto al cine del Retiro, Herrero no cree que sea competencia para las salas comerciales, sino todo los contrario: "Se crea afición al cine, a las buenas películas". Aún así, Herrero adelanta que está abierto a. dialogar para llegar a un acuerdo que sea bueno para todos.

La Federación de mercados y galerías de Madrid, que reúne a mas de 5.000 pequeños empresarios del sector de la alimentación, no ha querido permanecer apartada del asunto. Por eso denuncia la sistemática conversión en el último año de cines de barrio en supermercados, que priva a los vecinos de los distritos con menos dotaciones culturales-recreativas de edificios muy apropiados para este uso". La Federación señala dos casos concretos, que considera especialmente hirientes: el cine de La Paloma, en la calle de Sánchez Preciados, y el Zafiro, en Ciudad de Los Angeles.

La Federación arremete también contra las contradicciones que se producen entre las distintas Juntas municipales. Señala que "mientras algunas como Ciudad Lineal y Carabanchel han denegado recientemente el cambio de uso a dos salas, otras como Moncloa lo han autorizado".

Esperanza Martínez, vicepresidenta de la federación, afirma: "Una cosa es la libre competencia y otra la libre ruindad. Ahora, en cuanto se queda un local vacío, aunque sea una iglesia, se abre un supermercado".

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