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La radio y la televisión públicas francesas, en huelga por agravios salariales

Lluís Bassets

El Gobierno de Michel Rocard se enfrenta a una auténtica prueba política con la huelga indefinida convocada a partir de hoy en la cadena de televisión pública francesa y de mañana en la radio, en el mismo momento en que el primer ministro contacta con la oposición para consensuar una nueva reforma de los medios de comunicación públicos.

El desencadenante de la huelga ha sido el sueldo de 120.000 francos mensuales (2,4 millones de pesetas) asignado a la nueva conductora de Antenne 2, Christine Ockrent, que ha suscitado todo tipo de agravios comparativos entre sus compañeros. Pero la razón de fondo es el deterioro de la televisión pública y la indefinición de su función tras la privatización de TF- 1, realizada por los conservadores en mayo de 1987.El fichaje millonario de la presentadora, conocida como la reina Cristina, fue realizado por el presidente de Antenne 2, Claude Contamine, nombrado precisamente por el Gobierno de Jacques Chirac, y ha dado lugar a serias reservas por parte del Gobierno, principalmente del ministro del Presupuesto, que se niega a estampar su firma bajo el contrato. Una parte del Gobierno quisiera aprovechar el escándalo salarial de Antenne 2 para destituir a su presidente o sincronizar la creación del nuevo organismo de control de la televisión y la radio públicas -que debe sustituir a la Comisión Nacional para la Comunicación y las Libertades (CNCL) creada por los conservadores- con la sustitución de todos los presidentes nombrados por Chirac. La oposición ha expresado también su disconformidad sobre tan elevado salario, pero ha advertido a la vez de los peligros de una caza de brujas. El propio presidente de la República, François Mitterrand, aseguró durante la campaña electoral que no debían proseguir las destituciones de presidentes de sociedades públicas cada vez que cambia el Gobierno, como sucedió en 1981 con los socialistas y en 1986 con los conservadores.

No sube la audiencia

Para terminar de complicar las cosas, Christine Ockrent no ha conseguido superar en los primeros días de su aparición en el informativo de las ocho de la tarde el porcentaje de audiencia del informativo rival del canal privado TF-1, que presenta otro conductor estrella, Patrick Poivre d'Arvor. Ockrent, para colmo, es compañera del secretario de Estado para la Ayuda Humanitaria, Bernard Kouchner, uno de los símbolos de la apertura a la sociedad civil del Gobierno de Michel Rocard.Un portavoz del, Partido Socialista ha asegurado que Antenne 2 necesita para este año 1.000 millones de francos más (20.000 millones de pesetas) y ha culpado a los conservadores, "que han dejado el servicio público a la deriva".

La huelga de radio y televisión pone en peligro el proyecto de reforma de los audiovisuales proyectado por Michel Rocard, que deseaba consensuar la nueva legislación e incluso incribirla en la Constitución a través de un referéndum, pero constituye, tras el acuerdo de paz sobre Nueva Caledonia, la segunda prueba de fuego para su programa de socialismo de apertura. La crisis de la televisión pública ha dividido ya al Gobierno y puede ofrecer razones a los socialistas partidarios de una drástica rectificación de los dos años de política conservadora.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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