Encantos y desencantos

De Brasil nos llega hoy una película inédita en nuestras pantallas -y recientísima, de 1987-, que puede ser la otra cara de esos famosos culebrones que el país gasta en producciones televisivas. Por lo menos, sus premisas argumentales así lo pronostican. Se trata de la historia de dos matrimonios amigos, que, por así decirlo, pasan revista a sus años pretéritos, a su catarata de encantos y desencantos, aquellos años sesenta de los sueños, las ilusiones y la lucha, aquellos setenta de las frustraciones y la caída vertiginosa en el pozo del silencio y, claro está, estos años ochenta en los que reina la insipidez.Y ese repaso es también, parece ser, el recurso narrativo empleado por su director, Francisco Ramalho, Jr. -un director que, sintomáticamente, realizó su primer filme en 1968-, de manera que la trama nos es documentada al revés, empezando por las heridas y a la búsqueda de sus causas, algo de difícil resolución y algo que hace unos años ya propuso David Jones en su espléndida y tristemente ignorada Betrayal.

En cualquier caso, el interés de la obra, titulada Bésame mucho -los años mozos de los protagonistas y el bolero van intrínsecamente unidos- es, a prior¡, incuestionable, tanto o más por tratarse de una producción de envergadura, de la que se responsabilizan el propio director y Héctor Babenco, el cineasta que, tras Pixote, entró por la puerta grande del cine americano con El beso de la mujer araña, para realizar posteriormente Tallo de hierro.