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Dos dirigentes abandonan el Frente Nacional tras criticar a Jean-Marie Le Pen

Lluís Bassets

Dos destacados dirigentes del partido de extrema derecha Frente Nacional, los ex diputados Pascal Arrighi y François Bachelot, han abandonado la organización después de la sesión disciplinaria del buró político, presidida por Jean-Marie Le Pen, celebrada el pasado martes.El marsellés Arrighi abandona el Frente Nacional por su propio pie, después de una sanción de suspensión de militancia. Bachelot, médico parisiense e inspirador de la política lepenista de campos de internamiento forzoso para los enfermos de SIDA, ha sido, en cambio, expulsado del partido. La razón formal del conflicto es el juego de palabras de Jean-Marie Le Pen con el nombre del ministro de la Función Pública, Michel Durafour, al que llamó "Durafour crématoire" (Dura-horno crematorio), que provocó la reacción de los dos dirigentes lepenistas.

Bachelot ha sido acusado de "asociarse públicamiente a la campaña político-mediática de denigración del presidente del Frente Nacional, en flagrante violación de las reglas políticas y éticas del movimiento". El médico de extrerna derecha, autor de un panfleto de título interminable (No digas a mi made que estoy con Le Pen, pues cree que soy del RPR), había comentado la inconvenlencia ole las declaraciones de Le Pen y había soficitado una mayor democracia interna y una dirección colegiada. La ahijada de Le Pen y única diputada lepenista, Yann Piat, señaló también que "hay que ser respetuosos para hacerse respetar", pero no ha sido sancionada.

Las exclusiones del Frente Nacional tienen su origen en las tensiones entre los sectores más extremistas, organizados alrededor del secretario general, Jean-Pierre Stirbois, y los más moderados. Stlrbois representa la continuidad, en el Frente Nacional, de la extrema derecha violenta y antisemita que colaboró con el nazismo.

Arrighi y Bachelot pertenecen a una corriente ultraconservadora, pero celosa de su respetabilidad, que desea evitar la identificación con los grupúsculos fascistas o nazis. La campaña electoral de Jean-Marie Le Pen, dirigida por el número tres del partido, Bruno Maigret, un conservador, ex jefe de gabinete de un ministro de Raymond Barre, significó el momento de máxima respetabilidad para el veterano dirigente ultraderechista, que consiguió mejorar su imagen de porrista y de violento soldado de las guerras coloniales. La derrota en las legislativas y los deseos de la corriente de Stirbois de tomar el entero partido en sus manos han sido ahora los desencadenantes de esta crisis, que se augura como fatal para el Frente Nacional.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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