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POLICÍAS ANTE LA JUSTICIA

Retrasos a última hora

La vista oral del juicio por la desaparición de Santiago Core¡la, el Nani, iniciada el pasado 13 de abril, quedó vista para sentencia por la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid el 30 de julio. Desde entonces han transcurrido 40 días presididos por intensas deliberaciones entre los tres magistrados del tribunal -Salvador Domínguez, José Luis Durán y José Antonio Nodal-. La conclusión de la sentencia se retrasó debido a las diferencias de criterio entre los jueces, aunque finalmente se alcanzó la unanimidad.Durante los más de tres meses y medio de vista oral del juicio se celebró un total de 82 sesiones, cuya transcripción íntegra, registrada en más de 200 cintas magnetofónicas, ocupa cerca de 8.000 folios. El desarrollo del juicio se basó casi exclusivamente en un enfrentamiento de testimonios favorables o contrarios a los siete policías procesados. Cerca de un centenar de testigos, en su mayoría miembros de la policía, prestó declaración ante el tribunal. El tribunal contó también con el peritaje de 18 expertos entre médicos y calígrafos.

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El cabo de la madeja

Uno de los testimonios que despertó mayor expectación fue el de Ángel Manzano, amigo del Nani detenido con éste el 12 de noviembre de 1983, sobre los malos tratos que presuntamente le fueron infligidos en las dependencias policiales. Por otra parte, la declaración de Luis Miguel Rodríguez Pueyo, compinche en varios delitos del aristócrata Jaime Messía Figueroa, obligó al tribunal a ordenar a la Guardia Civil el rastreo de tres pantanos de Andalucía en busca del cadáver de un hombre, lo que retardó el final del juicio.

Cúpula de Interior

Los representantes de la cúpula del Ministerio del Interior, José Barrionuevo, Rafael Vera y José María Rodríguez Colorado, se ampararon en su testimonio en la distinción semántica entre autorizar la aplicación de la ley antiterrorista a delincuentes comunes y confirmarla. La intervención del joyero santanderino Federico Venero, cuyas declaraciones judiciales originaron la investigación de una supuesta trama delictiva formada por policías, no cumplieron las expectativas que habían despertado.

El desarrollo de la vista oral del juicio se vio jalonado por diversos incidentes, entre ellos cuatro amenazas de bomba que obligaron en otras tantas ocasiones a su suspensión.

La presencia de testigos entre el público escuchando otras declaraciones también produjo nuevas interrupciones de la vista y requerimientos del tribunal para que abandonaran la sala de sesiones.

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