La crisis del Zaragoza culmina con la dimisión del presidente
El voto negativo de los compromisarios en la asamblea ordinaria a los presupuestos presentados por el presidente, Miguel Beltrán, ha disparado la crisis anunciada del Zaragoza con la dimisión del máximo mandatario del club. Ahora deberá sustituirle un directivo, lógicamente el vicepresidente, que cubrirá el vacío hasta la celebración de la asamblea, que se ha previsto para el próximo 4 de diciembre.
La crisis se esperaba hace días, porque los problemas han venido disparándose desde que en junio se traspasara por 181 millones al máximo goleador, Rubén Sosa, al Lazio de Roma. Pero el punto negativo más importante es el económico. Según informes publicados por la prensa local, que no han sido rebatidos, el Zaragoza tiene actualmente una deuda de 743 millones, aumentada en el año y medio de mandato de Beltrán desde los 472 millones que le dejó su predecesor, Ángel Aznar. En el presupuesto para 1989 figuraban lo que se ha dado en llamar irregularidades, como incluir en ingresos 238 millones por los traspasos de Rubén Sosa, Yáñez, Latapia y Mejías, la mayor parte sin cobrar aún, o aumentar desmesuradamente las previsiones de ingresos por socios y taquillas. En la Copa de España, el año pasado las recaudaciones no llegaron al millón de pesetas y este año se habían incluido 18 millones.
Tensiones
En los últimos meses, el Zaragoza ha sido un foco de tensiones. Para contar con menos jugadores en los entrenamientos, se ha apartado de la preparación normal a cinco jugadores: Casuco, Güerri, Abad, Conde y Blesa. Éstos dieron parte de las irregularidades de su situación profesional a Inspección de Trabajo, que ha multado al club con 500.000 pesetas. Posteriormente, y por unas declaraciones en las que se quejaba del trato que entiende como vejatorio, Casuco recibió la carta de despido, lo que ha dado lugar a un proceso que se está cumplimentando por la delegación del Ministerio de Trabajo.Otro tema importante, y de solución imprevisible ahora mismo, es el del entrenador. La directiva que presidía Beltrán impuso a Radomir Antic, ex jugador del club y con excelente reconocimiento en Zaragoza, pero que no cumple las condiciones de homologación exigidas por el Comité Nacional de Entrenadores al no haber entrenado tres años a equipos de Primera División. Aunque realiza su trabajo entre semana, no puede sentarse en el banquillo en partidos oficiales. Puede anticiparse que la próxima directiva decida estar en línea con lo reglamentado y llegue a prescindir de Antic.
El Zaragoza ya vivió una situación reglamentaria similar a la actual en noviembre de 1984. Al entonces presidente, Armando Sisques, no le aprobaron tampoco los presupuestos de la temporada y optó por la dimisión. Desde entonces, menos de cuatro años, ha tenido dos presidentes electos, Aznar y Beltrán; uno provisional, Enrique Laguna, que cubrió el vacío dejado por Sisques, más el que se nombre ahora para sustituir a Miguel Beltrán.
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