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El índice Dow Jones se sitúa por debajo de la cota 2.000

La Bolsa de Nueva York abrió ayer a la baja, con un descenso de 6,22 puntos en el índice Dow Jones, que se situó a 2.009,78 tras el comienzo de las operaciones. Horas más tarde, cuando los timbres marcaron el final de la sesión, se comprobó que Wall Street había perdido la cota 2.000, al perder 25,78 puntos el Dow Jones y situarse en 1.990,22.La jornada no fue muy propicia a los mercados bursátiles, en los que las cotizaciones eran indicativas de la falta de convicción del mercado, donde es imposible establecer una tendencia clara. Los ojos de los operadores estaban más atentos al comportamiento del dólar.

Y es que las últimas expectativas de inflación en Estados Unidos, donde hoy se conocerá el aumento de los precios al consumo en julio, así como la creencia generalizada de que se va a endurecer el control monetario corno principal respuesta, presionaron ayer nuevamente al alza a la moneda norteamericana. Ante esto, las bolsas se limitaron a fluctuar escasamente, casi todas a la baja y con un reducido volumen de contratación, según informa Shearson Lehman Hutton.

Sólamente la intervención de la Reserva Federal y el Bundesbank, junto con otros bancos centrales europeos y el banco central canadiense, consiguieron presionar la cotización del dólar a la baja, situándolo al finalizar la sesión europea en 1,9120 marcos, frente al máximo del día de 1,9230 marcos: el dólar había recuperado posiciones previamente gracias al convencimiento de que los tipos de interés en Estados Unidos han de subir algo más.

Pero ayer sí tuvieron éxito las intervenciones de los bancos centrales para contener la subida del billete verde. Tal efectividad se atribuye a que las esperadas subidas de interés en otros países, y en concreto en la RFA y en el Reino Unido, va a dar también atractivo al marco

y a la libra, en detrimento del dólar.Pero otros inversores, especialmente antes de que interviniese los bancos centrales, se mostraban animados a comprar dólares no solamente por los atractivos tipos de interés, sino también por la creeencia de que las autoridades norteamericanas prefieren mantener a su moneda firme de cara a las elecciones presidenciales.

Los economistas británicos, por su parte, esperan unas cifras relativas al déficit comercial, a publicarse el jueves, que muestren un empeoramiento, lo que conducirá a una nueva elevación de las tasas del Reino Unido.

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