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LA LIDIA / LAS VENTAS

Centrar al novillo

Una de las enseñanzas fundamentales y comunes que reciben estos destacados alumnos, cada cual en su su respectiva escuela taurina, es la de centrar al novillo en la suerte como primera medida. Conseguido esto, los espadas podrán aplicar después sus conocimientos e intentarán realizar una lidia artística y rutilante. De no ser así, a lo máximo que llegarán es a una sucesión inconexa de pases, que no a torear.Estos jóvenes y aplicados discípulos han de enfrentarse a animalillos también en plena juventud, a los que cuesta una barbaridad sacarles de su lógica tendencia al jugueteo. Los infantes de toro gastan sus energías en una traca de carreras alocadas y trotones corcoveos. Es muy difícil fijarlos en los engaños y que se centren en las suertes.

Escolar / Neila, Saugar y Victoria

Cinco erales de Manuel Escolar, y uno, lidiado en cuarto lugar, de Mariano Cifuentes, justos de presencia y nobles. Carlos Neila: ovación; oreja. Pablo Saugar. ovación, silencio. José A. Pérez Victoria: silencio, palmas. Plaza de Las Ventas, 11 de agosto. Novillada sin picadores de promoción de las escuelas de tauromaquia.

Dos de los alumnos que ayer hicieron el paseíllo, los madrileños Carlos Nella y Pablo Saugar, lo consiguieron a base de portentosa técnica. Supieron embozar a los erales prendiéndoles su celo en capote y muleta. Nella, cuyas embraguetadas verónicas quedaron impresas per secula seculorum en las retinas del cotarro, brilló además en el tercio de banderillas, con las que también destacó, sobre todo en un sensacional par al quiebro.

Después volvió a mandar sobre sus becerrillos, a los que toreó con finura, ortodoxia y empaque. Tanto sus pases en redondo como los naturales eran de una belleza sin mácula. La segunda faena la rubricó doblemente: pase de la firma, y estoconazo encunándose. Su serenidad y madurez parecen catapultarle a mayores empresas.

Un punto de madurez y mejor manejo de la tizona faltaron ayer a Pablo Saugar para alcanzar el triunfo. Para eso está en la Escuela, y si todo lo aprende como lo de fijar a los novillos, sus perspectivas son buenas, pues sabe torear con ligazón, profundidad y arte, como demostró a lo largo de todas sus intervenciones. A José A. Pérez Victoria, de Calahorra, deben haberle dejado para septiembre el tema de fijar a los novillos, a los que intenta torear bonito en cuanto llegan a su jurisdicción.

Por esta causa sus labores adolecieron de falta de aplomo y sobra de barullo y zaragata, pero apuntó un toreo de mucho sentimiento y gusto, de corte paulista, aunque, por supuesto, con muchísimo menos canguelo que el diestro gitano. Con tan excelentes características, en cuanto apruebe esta asignatura pendiente de centrar a su enemigo también podrá graduarse.

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