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GENTE

Virgilio Zapatero,

ministro de Relaciones con las Cortes, ha confesado a algunos de sus amigos la escasa preocupación que le produce el hecho de que pueda llover y que el sol no luzca en exceso en Ribadeo (Lugo), donde pasa sus vacaciones en familia. Un lote de libros cuidadosamente seleccionados viajó con él desde Madrid, además de un instrumento que entró en la vida del ministro hace pocos meses y del que no puede separarse: un violín. El entusiasmo lo ha transmitido a otros tres amigos y acarician la idea de formar un cuarteto. Es posible que los vecinos de Ribadeo oigan al atardecer las notas musicales que se escapen de los ventanales, no sólo del principiante Zapatero, sino también de Leopoldo Calvo Sotelo, ex presidente del Gobierno, otro asiduo veraneante de la localidad lucense, cuya afición al piano tanto se aireó en la transición.

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