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Las armas callan en los frentes, de guerra entre Irán e Irak

Las armas callaron ayer en la guerra entre Irán e Irak, 11 días antes de la fecha oficial de entrada en vigor del alto el fuego, señalada el día anterior por el secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, para el próximo día 20. El jefe de] Ejército iraní, Hacherni Rafsanyani, dio orden a sus soldados de que dejaran de disparar. En Bagdad, pese a la ausencia de un anuncio expreso, ocurrió otro tanto, y se dejaron de emitir partes de guerra.

La Fijación de la fecha de alto el fuego fue acogida, con júbilo en Bagdad y con moderación en Teherán, donde alguna caravana de automóviles que hizo sonar sus bocinas encontró escaso eco. El régimen de Sadam Husein considera que la forma en que se ha llegado al cese de hostilidades supone "una gran victoria". Para la república islámica, en cambio ' se presenta como una solución impuesta por una amplia coalición de enemigos. Bagdad fue una fiesta, con disparos al aire, batir de cacerolas y sartenes y el propio presidente dándose un baño de multitud. Y en Teherán, el alivio indudable se vistió de moderación y silencio.Un total de 350 observadores de diferentes nacionalidades serán enviados por la ONU a vigilar el efectivo cumplimiento del alto el fuego, a lo largo de un frente de 1.300 kilómetros, mientras que el día 25 delegaciones de Irán e Irak comenzarán a negociar directamente, en la ciudad suiza de Ginebra, una solución global y definitiva a una guerra que se inició hace ocho años y que, según algunos especialistas, ha costado un millón de muertos.

Entre las reacciones de satisfacción se produjeron ayer las de EE UU, URSS, Reino Un¡do, Japón, Francia, Italia, Kuwalt y Arabla Saudí. La primera ministra británica, Margaret Thatcher, visitó la flota de su país que protege la libertad de navegación en el golfo Pérsico, pero no dijo lo que ocurría con ella. Por su parte, el secretario norteamericano de Defensa, Frank Carlucci, aseguro que los barcos de guerra de EE UU sólo se retiraran de la zona cuando la Casa Blanca esté convencida de que el alto el fuego es efectivo.

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