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Los clarines sonaron un 2 de mayo

ENVIADA ESPECIAL Los clarines tocaron para José Davila el 2 de mayo de 1988. A las 9 de la mañana de aquel día comenzaba una reunión del consejo de accionistas de Exgalasa, ante la solicitud de Manuel Costas Alonso, tesorero de Asime (Asociación de Industriales Metalúrgicos de Pontevedra), ex diputado nacional por AP y ex accionista de Exgalasa. Este empresario exigía el cese de José Davila en su cargo como presidente de la sociedad utilizando para ello documentos de acusaciones particulares que atribuían a Davila un pasado de dudosa naturaleza como empresario de Indegasa. Davila fue cesado de su cargo en esta empresa gallega del sector del metal hace aproximadamente tres años.

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José Davila firmó los documentos en que basa su acusación contra varios funcionarios de Astinave

La resolución del consejo de Exgalasa fue dejar sin cargo alguno en la empresa a Davila, aunque se barajó la posibilidad de nombrarlo gerente sin firma. Por otro lado, se le exigía la venta inmediata de todas sus acciones. A las 11 de la noche de aquel mismo día Exgalasa cambiaba de accionariado. Los siete empresarios que la constituyeron en 1981, y que se repartían a partes iguales las acciones, pasaban a ser dos. Junto al cese de Davila abandonaba la empresa José Baliño, Manuel Costas Alonso y los representantes de las empresas Premat y Cainsa. Quedan al frente de la misma Francisco Gaoria, director general, y Camilo Gándara, segundo accionista. Exgalasa servía para estos empresarios como sociedad anónima que comercializaba sus productos (bienes de equipo pesados relacionados con el sector naval, mineria e instalaciones conserveras) con países latinoamerícanos, fundamentalmente Venezuela, México y Ecuador.

El asunto adquiere grandes dimensiones para Davila, que entonces era presidente de Asime, cargo para el que se hace necesario llevar una empresa dentro del sector. Se da la circunstancia que en esos momentos el único vínculo que poseía este empresario vigués con el metal era Exgalasa, por lo que directamente se vio también en la obligación de cesar de este cargo.

Ante su resistencia por abandonar este puesto dentro de la patronal, la decisión viene de fuera y Francisco Gaoria da a conocer a los asociados que Davila llevaba dos meses sin cargo alguno en la empresa.

Armar un 'show'

El pasado 19 de julio Asime redactaba un comunicado en el que se daba cuenta de su cese en el cargo como presidente "por causas estatutarias". Le sustituyó José Baliño, uno de los ex accionistas de Exgalasa, de modo provisional.

Por no dejar de ser miembro de la asociación y con la esperanza de que en las próximas elecciones, a celebrar en diciembre, pudiera ser reelegido como presidente, Davila se asocia a una firma que dirige su cuñado y que se llama Náutica Davila. Argumenta para ello que dicha empresa a partir de se momento va a arreglar motores, por lo que de alguna manera está relacionada con el sector del metal. Esta postura causa animadversión entre alguno de los empresarios asociados en la confederal, y amenaza con "armar un show", según indica Manuel Costas, si se presenta para ser reelegido en el cargo.

Puestas así las cosas, la reacción inmediata de José Davila es ponerse en contacto con una empresa de petróleo mexicana con sede en Houston (Texas) para indicarla que todos los documentos que tiene en su poder acerca de Exgalasa son falsos. "Hay que recordar que estos documentos fueron enviados por su propia mano meses antes", según indica Manuel Costas, "y también destacar que los empresarios miembros de Exgalasa cedieron todos los poderes a Davila durante el período en que éste era director general de la compañía". Por tales razones el actual director general, Francisco Gaona, se encuentra ahora en México.

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