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Más de 20.000 personas vitorean a Delgado en su homenaje como ganador del Tour

Más de 20.000 personas rindieron ayer en Segovia un caluroso homenaje al ciclista Pedro Delgado, ganador del Tour de Francia de 1988, en una auténtica fiesta en la plaza Mayor y a los pies del acueducto. Los gritos de "Perico, Perico..." no dejaron de sonar durante toda la tarde y se agitaron muchísimas pancartas y banderas españolas. Delgado, que terminó con la voz ronca, abrió grandes botellas de cava para celebrar su triunfo con sus paisanos y, "sobre-codigo", como reconoció, agradeció las muestras de solidaridad y, en algunos casos, de pasión hacia él.

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Junto a los momentos alegres, en los que no faltaron las charangas y los grupos folclóricos de Segovia y Castilla y León, con la típica dulzaina y el tamboril, también se vivieron otros emocionantes al recordar a la madre del ciclista, Victorina Delgado, fallecida hace dos años. Cuando el locutor, en el acueducto, pidió un aplauso para ella, Julio Delgado, su esposo y el padre del corredor, no pudo contener las lágrimas.

Delgado había llegado al Ayuntamiento en el coche del alcalde, Laciano Sánchez Reus, y escoltado por motoristas y vehículos de la Policía Nacional y la Municipal. Desde hacía más de una hora, la multitud, con camisetas y distintivos amarillos, se había concentrado en la plaza Mayor para esperar a su líder, que, casi llevado en volandas por las agentes, entró en la Casa Consistorial, donde se celebró el primer acto oficial. Además de la corporación y otras autoridades de la provincia, asistieron el presidente de la Junta de Castilla y León, José María Aznar, y el secretario de Estado para el Deporte, Javier Gómez-Navarro.

El alcalde felicitó a Delgado en nombre de los segovianos y, recordó que se ha instruido un expediente para que su nombre figure en una calle de la ciudad y se le designe hijo predilecto. Delgado salió después al balcón principal para saludar a su gente, que aguardaba impaciente. Alzando la voz, porque, pese a los micrófonos, los gritos del público impedían que se le escuchara, dijo: "Lo hemos conseguido". Se refería, claro, al triunfo en el Tour, la carrera número 1 del mundo, para lo que había contado "con la ayuda de su equipo, el Reynolds, y el apoyo moral de todos los segovianos y los españoles en general".

Visita a la patrona

De nuevo en volandas, logró llegar al coche para trasladarse con sas familiares al santuario de la Fuencisla, en el que depositó un ramo de flores ante la patrona de Segovia. El párroco pidió a los fieles un aplauso para él por haberse acordado de la Vircen tras su victoria. Desde un reclinatorio, acompañado por su padre, el alcalde y el concejal de Deportes, Delgado escuchó la salve y el himno de la Fuencisla. Luego, firmó en el libro de honor. Pese a que el templo está ubicado a las afueras de la ciudad, al conocer la presencia de Perico, se acercó un público numeroso.

La fiesta alcanzó su punto máximo en la plaza de la Artíllería, bajo el acueducto, donde, a su llegada, cayó una lluvia de papelillos de colores y se soltaron cientos de globos amarillos y 28 palomas como testimonio de la paz y de la edad de Delgado. El ciclista saludó a los asistentes y, visiblemente emocionado, fue recibiendo en el estrado a las autoridades. En él no faltaron su padre, Julio; el patrón del Reynolds, Juan García Barberena; el ex corredor Federico Martín Bahamontes y Carlos Melero, otro segoviano que ha participado seis veces en la ronda francesa. José María Aznar hizo entrega a Delgado en nombre del Patronato para la Promoción del Turismo de Segovia (Protur), organizador del acto, un cuadro de 2X2 metros del artista local Ángel Cristobal Higuera.

Terminadas unas breves intervenciones de las autoridades, a veces silbadas y abucheadas, los aficionados se pusieron a corear el nombre de Delgado y, agitando pancartas y banderas españolas, se dejaron mojar por el cava que desde grandes botellas les lanzaba Perico.

Cansado y con la voz destrozada, Delgado comentó a los periodistas que, en el plano deportivo, está muy relajado, condición que no reunía para recibir estos homenajes, que le son agotadores. "En ellos", afirmó, "me siento muy raro, pero es una cosa que recordaré con agrado durante toda mi vida".

Por otra parte, la polémica surgida entre los organizadores del homenaje y el Centro de Iniciativas Turísticas de Segovia (CIT) se saldó con un telegrama de este organismo a Delgado que, entre otras cosas, dice: "Habiendo sido olvidados intencionadamente por la organización del homenaje, que ha sido acaparado de forma oportunista por Protur, entidad advenediza que ha pretendido la utilización política (...), lamentamos nuestra no presencia".

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