'Espejismos' reflejo de un Hollywood de ayer

En 1928, King Vidor era un veterano de Hollywood, con casi una treintena de largometrajes a sus espaldas. Ese año realizaría su último filme mudo, Espejismos una comedia fina, sutil, socarrona, que hoy puede aparecer a nuestros ojos, al margen de como un modélico ejercicio de narración sencilla y transparente, como un espejo maravilloso de ese mismo Hollywood al que Vidor pertenecía, como un documental de época.Vidor, en efecto, nos relata -más bien nos muestra- ese universo único y ya periclitado en el que el glamour, las grandes divas, las luces, los platós, el espectáculo, se constituyen en una auténtica filosofía de la vida, ahí donde la profesión, los profesionales y el trabajo generaban ensoñaciones. Ese afán documentalista al servicio de una ficción concreta, de una comedia dramática que toma como punto de referencia a una actriz que de las bufas apariciones cómicas pasará, como quien dice en un abrir y cerrar de ojos, al estruendo del estrellato. Se comerá el mundo desde su misma cúspide.

Una actriz hoy muy desconocida, pero entonces brillante, Marion Davis, da la medida perfecta de ese calco de una humanidad que cegó miradas con su hechizo e hizo palpitar corazones como jamás ha vuelto a registrar las pantallas. Un desfile generoso de grandes nombres del séptimo arte -Charles Chaplin, Douglas Fairbanks, Mae Murray, John Gilbert, William S. Hart, Ranée Andorée...- contribuye a dar autenticidad a esta hermosa película, placer descomunal para una legión cada vez menos numerosa de amantes del cine.

Comparándolas con la de Vidor, las otras películas del día lucen grises. Ahí está el detalle nos permitirá reencontrar a Cantinflas, un Cantinflas aquí primitivo y, tal vez por eso, puro, fresco y grato, aunque no se trate de una de sus mejores películas.

Subamos por los Campos Elíseos es una lección de historia dada por el versallesco Sacha Guitry, que nos cuenta el transcurrir de la famosa avenida parisiense desde que era poco menos que una selva hasta nuestros días -bueno, hasta 1938, año de producción del filme-.

Y El gran golpe de los siete hombres de oro es una comedia de acción hispano-franco-italiana que aprovecha el éxito alcanzado por un título precedente, Siete hombres de oro, trazando los mismos postulados y repitiendo actores y director.