Regresan a España los intermediarios de Revilla obligados por ETA a trasladarse al extranjero
Iñaki Aseguinolaza y Txomin Estrada, los dos intermediarios de la familia de Emiliano Revilla obligados por ETA a abandonar España, regresaron a Madrid el fin de semana pasado. Las dos personas citadas llevaron el peso de la negociación inicial sobre el rescate, por lo que fueron conminadas por ETA a residir en el extranjero hasta que se cumplieran las condiciones impuestas para liberar al rehén, según han declarado. El secuestro de Revilla dura ya 154 días.
Aseguinolaza y Estrada llegaron a Madrid en un vuelo procedente de Lisboa. El primero se trasladó a Bilbao el lunes por la noche, también por vía aérea. Aseguinolaza, que ya participó en la negociación del rescate de Juan Pedro Guzmán, no quiso hacer declaración alguna sobre las condiciones en que ha podido regresar o la forma en que han culminado las conversaciones sobre la liberación del industrial soriano.Los dos representantes de la familia Revilla en la negociación abandonaron España el 14 de junio, poco después de la apertura de nuevas conversaciones con ETA. Tras la incautación por la policía francesa, el 26 de abril, de la mayor parte del rescate (725 millones de pesetas), el contacto entre la familia y los secuestradores tardó un mes en reanudarse.
Aseguinolaza y Estrada se trasladaron primero al Reino Unido, donde se inscribieron en un curso de inglés de menos de un mes en Winchester, en el sur de Inglaterra. Ambos estaban convencidos de que en ese plazo el secuestro habría terminado. Al finalizar el curso, sin embargo, las negociaciones continuaban bloqueadas y la policía francesa había recuperado una nueva entrega de dinero a ETA, aproximadamente de 100 millones de pesetas.
Los dos intermediarios viajaron en la primera decena de julio a Portugal y se instalaron en un hotel de Oporto para esperar la liberación del industrial soriano.
Aseguinolaza declaró al llegar a Bilbao que no podía decir nada sobre las circunstancias que han permitido su regreso ni sobre el cumplimiento de las condiciones impuestas por ETA para liberar a Revilla. "Me fui porque me obligaron a hacerlo, y ahora he vuelto, pero no voy a decir nada más", afirmó.El empresario vasco tampoco quiso explicar los motivos de su intervención en las negociaciones, pero aseguró que cuando todo acabe podrá aclararlo. "Lo único que puedo decir", indicó, "es que sólo he tenido relación con un caso anterior, el de Juan Pedro Guzmán. Intervine porque me lo pidió un amigo, como un favor, y terminé teniendo que viajar a Argelia para desenredar una madeja muy complicada".
Aseguinolaza asegura no haber cobrado un céntimo, ni directa ni indirectamente. "Éste es el día en que la familia de Guzmán", afirma, "todavía no se ha dirigido a mí para preguntarme si aquellas gestiones, muy dificultosas y difíciles por razones que ellos conocen, me ocasionaron algún gasto. Ni siquiera me lo han preguntado. No he recibido ni una caja de puros. Soy de los que creo", añade Aseguinolaza, "que quien cobra por su intervención en un caso de secuestro debe terminar en la cárcel".
Juan Pedro Guzmán, empresario y directivo del Athlétic de Bilbao, fue secuestrado por ETA el 30 de diciembre de 1985 y liberado por la policía en Basauri el 10 de enero siguiente. La familia había entregado para esa fecha a los terroristas una cantidad cercana a los 100 millones de pesetas. Los representantes ante ETA, Aseguinolaza y el financiero Jaime Castellanos, amigo íntimo de Guzmán, habían firmado también un documento garantizando la entrega de otros 50 millones, que se realizó meses después.
En la negociación del rescate de Revilla y en las operaciones para hacer llegar el dinero a ETA han intervenido, además de Aseguinolaza y Estrada, la empresa de seguridad inglesa Control Risks y otros intermediarios hasta ahora desconocidos. La cifra pactada inicialmente fue de 750 millones antes de la liberación del rehén y otros 100 millones cuando Revilla disfrutara de libertad.
Aseguinolaza posee negocios de construcción y hostelería en Bilbao. En fecha reciente ha adquirido una participación mayoritaria en Sucesores de Ernesto Montero, un importante matadero industrial de Irún.
La empresa de embutidos Hermanos Revilla figura entre los clientes más importantes de Montero. Txomin Estrada es socio de Salchichería Bilbaína (Salbi), creada hace pocos años en Bilbao con asesoramiento de Hermanos Revilla. Txomin es hermano de Vicente Estrada, directivo de Hermanos Revilla y fue siempre hombre de confianza de Emiliano Revilla.
El valor del dinero
La prolongación del cautiverio de Emiliano Revilla, que ha cumplido ya más de cinco meses en manos de los terroristas, ha terminado por convencer a la mayoría de los políticos vascos de la duplicidad de objetivos del secuestro más largo en la historia de ETA. El dinero del rescate exigido a cambio de la vida del rehén parece adquirir en las circunstancias actuales un valor añadido.Los golpes sucesivos a la infraestructura de ETA en el País Vasco francés desde el descubrimiento de parte de su contabilidad en la empresa Sokoa, de Hendaya, el 5 de noviembre de 1986, han debilitado considerablemente la capacidad operativa de la organización y sus posibilidades de conseguir recursos económicos mediante el chantaje del denominado impuesto revolucionario. El ingreso de varios cientos de millones representa para ETA la posibilidad de mantenerse en actividad largos meses, quizá varios años.
Todos los rescates anteriores han tenido el mismo destino y sin embargo han podido entregarse, por procedimientos elementales en muchos casos y sin necesidad de romper un cerco tan estrecho y complejo como el que el Ministerio del Interior español y la policía francesa han establecido ahora. Algunos políticos vascos atribuyen la diferencia a la apertura pública el año pasado de conversaciones con ETA, suspendidas casi simultáneamente con el secuestro.
Portavoces del Gobierno han advertido que no se reanudará aquel diálogo mientras no exista constancia de la voluntad de ETA de dejar de perpetrar atentados. El Ejecutivo no da por cerrada aquella vía, aunque existen indicios de que muchas cosas van a cambiar si llega a reabrirse.
El presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Xabier Arzalluz, y el nuevo consejero de Interior del Gobierno de Vitoria, Juan Lasa, prodigan declaraciones anunciando o reclamando la vuelta a la negociación.
Petición de los partidos
Hace dos años podría haberse interpretado como la expresión de un simple deseo. Ahora las relaciones de Arzalluz con los socialistas, en particular con algún ministro del nuevo Gobierno, son muy cordiales. El presidente de Eusko Alkartasuna (EA), Carlos Garaikoetxea, ha propuesto también una negociación de los partidos vascos con el Gobierno central y ha aceptado la posibilidad de conversaciones paralelas con ETA.
La importante suma exigida a cambio de la libertad de Revilla tendría, si el diálogo se reanuda como prevén los políticos citados, una trascendencia mayor que en casos anteriores. Tanto para ETA como para el Gobierno equivale a la posibilidad de que la organización terrorista vuelva a las conversaciones con una renovada capacidad de presión, añadida al desafio implícito de un secuestro perpetrado en Madrid y no resuelto por la policía más de cinco meses después.
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