El Gobierno acelera los estatutos de autonomía para Ceuta y Melilla

El Gobierno considera Ceuta y Melilla como parte "indisoluble" de la nación española y está dispuesto a garantizar la "suficiencia financiera" de ambas ciudades, según los anteproyectos de estatutos remitidos por el Ejecutivo a Alianza Popular y al CDS, partidos con los que ha mantenido contactos con vistas a un posible consenso. El Ejecutivo se ha apresurado a tomar esta decisión, aplazada durante meses, tras la polvareda levantada por una de las propuestas del Programa 2000, que sugería una solución para ambas ciudades en el contexto del Magreb.

Una de las principales novedades de los nuevos anteproyectos respecto a los que existieron en la legislatura anterior reside en la incorporación de los métodos para garantizar la financiación estatal de las nuevas autonomías a través de procedimientos en cierto modo similares a los que funcionan para las demás comunidades autónomas. Asimismo se da participación a las ciudades, en todo lo referido al traspaso de bienes y servicios, a través de comisiones mixtas que no existían en los proyectos anteriores.Los anteproyectos configuran sendos regímenes de autogobierno, a medias entre los actuales ayuntamientos y unas comunidades autónomas con competencias plenas. A tenor de lo previsto en los mismos, los actuales alcaldes continuarán en funciones hasta que se celebren las elecciones de las correspondientes asambleas, que elegirán de entre sus miembros a los presidentes de ambas ciudades.

El Gobierno ha enviado a la oposición los anteproyectos después de la polémica organizada a cuenta del citado Programa 2000, que ha dado pie a una iniciativa del Grupo Parlamentario Popular para interpelar al Gobierno sobre sus "verdaderas intenciones" respecto a la "vergonzosa entrega" de las dos ciudades.

La polvareda política ha movido al Gobierno a remitir finalmente a la oposición los anteproyectos de estatutos para Ceuta y Melilla, que parecen embocar así su definitiva tramitación parlamentaria después de siete años de titubeos, en un clima de mejora general de relaciones entre España y el reino marroquí.