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Preocupación en Israel por la creciente influencia de Siria en Líbano

La creciente influencia de Siria en Líbano, acrecentada últimamente por la derrota en Beirut de los combatientes de Al Fatah, fieles a Yasir Arafat, a manos de los hombres de Abu Musa, con el apoyo de Damasco, preocupa en Israel, que inicialmente había visto con buenos ojos la presencia de las tropas sirias como fuerza estabilizadora.

Las peleas entre facciones palestinas ya no provocan, como antaño, satisfacción en Israel. Ni para los analistas, que dicen: "Cuando los árabes o los terroristas se matan entre ellos, Israel es el único vencedor", ni incluso para el Likud. Los israelíes han llegado a la conclusión de que la inestabilidad en Líbano no les sirve, sino todo lo contrario. Sin embargo, la victoria de los sirios, por mediación de Abu Musa, preocupa en los medios militares judíos."La pérdida de los dos campos beirutíes, Chatila y Burj el Barajne, constituye una derrota política para Arafat, ha escrito el experto en cuestiones palestinas Yehuda Litani en el diario Jerusalem Post. "La influencia siria se ha fortalecido considerablemente en Líbano. Una vez consolidadas y alcanzadas sus posiciones en Beirut, ante las próximas elecciones presidenciales libanesas, Siria está en inmejorables condiciones para imponer su candidato en el palacio presidencial", ha escrito Litani.

El ministro de Defensa israelí, Isaac Rabin apoyó inicialmente la presencia de tropas sirias en Beirut en tanto que fuerza de policía capaz de estabilizar la capital y también como fuerza militar que frenara a los fanáticos projomeinistas de Hezbollah, que izan la bandera de la cruzada islámica contra Israel y desean transformar Líbano en una república islámica, lo que abriría en la frontera norte del Estado judío un nuevo frente peligroso y caliente para Tsahal (fuerzas armadas israelíes) y obligaría al Gobierno de Tel Aviv, cualquiera que sea, a una nueva campaña militar.

Gran Siria histórica

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Pero, por otra parte, un Líbano avalado por Siria e integrado política y militarmente en el área de la denominada Gran Siria histórica, con la que sueñan todos los dirigentes de Damasco, se convertiría también en una amenaza considerable para Israel.

Millares de panfletos distribuidos en Jerusalén oriental y Cisjordania atacan con virulencia a Siria por "su papel pérfido y antipalestino" en su lucha contra Arafat. Los partidarios de Al Fatah en los territorios ocupados, que representan alrededor del 75% de la población palestina, acusan abiertamente al presidente Hafez Assad que haber optado por Musa frente a Arafat en la batalla que libran ambos.

El diario palestino A-Shaab, editado en Jerusalén, escribe en su editorial que la estrategia siria en Líbano, dirigida contra los palestinos, hace un llamamiento para "transferir" (esto es, expulsar) a los palestinos, como se escucha con frecuencia en Israel por boca del viceministro de Defensa, Dekel, y del general reservista Rehavaam Zeevi.

[Por otra parte, un palestino murió y otros cuatro resultaron heridos ayer en el transcurso de una huelga general en los territorios ocupados que produjo violentos enfrentamientos con el Ejército israelí. Los incidentes se prolongaron a lo largo de toda la jornada y las fuerzas militares emplearon armas de fuego y gases lacrimógenos contra los manifestantes, que tiraban piedras contra las tropas y colocaban barricadas, informa France Pressel.

El viernes murió, también, un joven palestino y otro fue herido por las balas del Ejército israelí durante una manifestación cerca de Nablús (Cisjordania), al tiempo que Israel ordenaba la deportación de 10 palestinos acusados de desempeñar un papel importante en las revueltas. Los 10 estaban encarcelados.

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