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Crítica:MÚSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Canciones y momentos

Algunos conciertos permanecen para siempre en el recuerdo. Los de Milton Nascimento, uno de los grandes nombres de la música brasileña de estas últimas décadas, suelen pertenecer a esta categoría, pese a que en esta su tercera visita a Madrid el sonido no estuviera precisamente de su parte.Rejuvenecido, más delgado por la dieta y el ejercicio diario que le han reconciliado con su aspecto físico, Milton salió al escenario con su inseparable gorra sobre la cabeza y se mostró tan generoso como de costumbre. Resulta difícil no sentir toda la emoción que transmite el arte de Milton Nascimento. Es la suya una música profunda como la tierra que le vio crecer. Porque Milton, aunque nacido en Río de Janeiro, aprendió a vivir en Minas Gerais, una tierra de campos, ríos y valles, sin contacto con el mar.

Milton Nascimento

Milton Nascimento (voz y guitarra), Tulio Mouráo y Rique Pantoja (teclados), Celso Fonseca (guitarra), Joáo Baptista (bajo), Robertinho Silva y Ronaldo Silva (batería y percusión), Wanderley Silva (percusión). Madrid, Muralla Arabe, 6 de julio.

Desde el primer instante de la actuación, el poderoso sonido de la banda dejó bien claras las cosas. El cuarteto de anteriores comparecencias había dejado paso a un septeto aún más contundente si cabe. Los músicos que acompañan a Milton son siempre espléndidos instrumentistas. Y los que ahora están con él aportan, según sus propias palabras, una nueva dimensión a su trabajo en directo, ya que todos ellos cantan. Mención especial para el incombustible, Robertinho Silva, que se encarga desde hace años de suministrar el fluido energético a la música del mineiro. Por si no fuera suficiente se le han unido dos de sus. vástagos, con los que forma una sección rítmica espectacular.

Con Tarde, una enternecedora balada que seduce sin remedio, se escuché, por primera vez a lo largo del recital, el privilegiado falsete de Milton. Esas sobrecogedoras vocalizaciones, marca de la casa, en las que utiliza su garganta como si de un instrumento se tratase. Más tarde, unas campanitas marcarían el preludio de Ponta de areia, tema en el que su voz recorrió la noche madrileña como un auténtico escalofrío.

Fueron en total 20 canciones de apariencia sencilla pero capaces de ofrecer, sin embargo, varios niveles de escucha, algunas piezas de su último disco Yaguaretè y otras ya antológicas como Travessia, Nada será como antes o Nos bailes da vida. Sin que faltase, y menos este año que se conmemora en Brasil el centenario de la abolición de la esclavitud, un canto a la libertad del pueblo negro como símbolo de todos los oprimidos. Para el final quedaron Circo Marimbondo y Maria Maria, que permitieron a los allí presentes cantar y bailar. En el bis, Milton entonó Cançoes e momentos, que cuenta con una de esas inspiradas letras de Fernando Brant, parceiro de una larga travesía: "Hay canciones y hay momentos / en que la voz viene de la raíz / y no sé si es cuando estoy triste / o si cuando soy feliz".

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