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La pistola que mató a un soldado en Alcalá no es de reglamento

Gregorio Varo, padre del soldado Rafael Varo Mora, que falleció el pasado sábado en a prisión militar de Alcalá de Henares (Madrid) a causa de un disparo hecho por un compañero, ha manifestado: "La pistola que hirió mortalmente a mi hijo era del calibre 22, arma antirreglamentaria en el Ejército". Gregorio Varo señala que este dato se lo facilitó el capitán Palou, compañero del soldado fallecido. Según el padre, la pistola "estaba en poder del armero del barracón, al que se le escapó el disparo, porque se la había entregado un suboficial" cuya identidad no supo precisar.

Según la versión de la que dispone Gregorio Varo, transmitida, según él, por el mismo capitán, el hecho se produjo sobre las 9.15 horas del sábado, cuando Rafael Varo, que prestaba su servicio militar en la prisión de Alcalá de Henares, volvía de dejar en su taquilla el vaso que había utilizado para desayunar. "Al salir fuera del barracón mi hijo coincidió con el armero, apellidado Somoza, y le enseñó la pistola". Al parecer, al manipular el arma ésta se disparó y alcanzó el tórax del soldado. A los padres no les dejaron ver el cadáver ni la autopsia."Nadie nos ha aclarado nada de lo sucedido", se queja Gregorio Varo, que recibió información del capitán Palou una vez que fue al juzgado de guardia a denunciar el hecho.

Gregorio Varo llora cuando recuerda que un militar amigo suyo le dijo, días antes de marchar su hijo a la mili, "que 'se va un niño y te lo devolverán un hombre', y lo que ha pasado es que mandé un hombre y me han devuelto su cadáver".

La familia Varo Mora tiene otro hijo, Francisco, también haciendo actualmente la mili en la fragata Cataluña, en Ferrol. El marinero Varo se encuentra ahora con sus padres en Lucena (Córdoba), lugar de residencia de la familia, con un permiso que le fue adelantado para que asistiera al entierro de su hermano. Araceli Mora Verdejo, madre del soldado muerto, dice que su hijo Francisco no volverá a la mili. "No se lo vuelven a llevar así vengan los geos", dice Araceli Mora, mientras su marido está dispuesto a entrevistarse con el Rey y con el ministro de Defensa, Narcís Serra, "para que mi otro hijo no vuelva a Ferrol ni al servicio militar". "En esta casa", continua Gregorio Varo, "no volverá la paz si mi hijo Francisco tiene que volver a la mili, y de verdad existen los derechos humanos deberían de liberarlo ya del tiempo que le queda para licenciarse".

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