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Tribuna
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Incertidumbre y nervios

Los mercados siguen sumidos en un mar de dudas, y el dinero parece intentar ponerse a salvo de cualquier posible naufragio, pues trata de retirarse antes que apostar por un futuro incierto. Los tanteos compradores, cuando los hay, se dan fuera de hora y sólo en aquellos valores en los que no se detectan posiciones vendedoras. Para llegar a esta situación hay que observar cada corro, ver el número de partidas vendedoras que acuden y el dinero sale al quite. Si la cotización no resulta demasiado afectada, se puede efectuar la apuesta, pero siempre sin arriesgar demasiado.Esta situación es la que vivieron ayer los mercados de valores, con lo que la actividad se dio casi siempre fuera de hora y en pocos valores, lo que lleva a insistir en la absoluta falta de ideas de los inversores. La evolución de otros mercados tampoco aportó soluciones, pues en general se inclinaron por las tornas de beneficios.

La mayoría de los sectores sufrieron las consecuencias de la falta de dinero y registraron bajas de poca importancia, tal vez porque los vendedores tampoco terminan de decidirse por una actuación concreta. El nivel del negocio vuelve a ser muy bajo, señal de que las instituciones se mantienen al margen, y la barandilla empieza a ponerse nerviosa y a pensar en la salida.

Los valores bancarios volvieron a poner la nota de color, tanto por la inesperada suspensión de Banesto al pretender iniciar una ampliación de capital casi sin avisar, como por la masiva presencia de partidas vendedoras. Las repeticiones y las bajas de este grupo llevaron a un cierre en el que las escasas tomas de posiciones se aireaban demasiado, claro síntoma de la masiva, aunque no activa, presencia de papel.

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