Cárdenas reúne la mayor concentración opositora de los últimos años en México

Cuauhtémoc Cárdenas, el candidato de la izquierda a la presidencia de México, exigió el sábado limpieza electoral y pleno respeto de la legalidad constitucional en un acto que significó la mayor concentración opositora en la historia reciente de este país. Alrededor de 200.000 personas aclamaron a Cárdenas en el mitin de clausura de la campaña del Frente Democrático Nacional (FDN) en la capital mexicana, donde se vaticina un gran caudal de votos para el movimiento que se presenta como principal novedad de los comicios del 6 de julio.

Latía el Zócalo con la tensión de los mejores tiempos. Enfrente de la tribuna de oradores estaba el palacio presidencial, el objetivo, todavía inalcanzable, de los rivales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en estas elecciones; a la izquierda, la catedral; a la derecha, el Gobierno del distrito federal, y en el centro, una bandera nacional de proporciones gigantescas. Sobre la tarima, Cuauhtémoc Cárdenas, dos palabras que son memoria de diferentes hitos del pasado mexicano. Prácticamente todos los símbolos de la historia de este país estaban reunidos en la mayor plaza de la nación.La mañana estaba lluviosa y la televisión transmitía la final de la Eurocopa de fútbol, dos importantes elementos disuasorios. A las nueve, empezaban a llegar ya seguidores con pancartas de los cuatro partidos que apoyan la candidatura de Cárdenas. Había campesinos de Morelos y Veracruz, trabajadores de Guadalajara, estudiantes de la universidad Autónoma y del Instituto Politécnico Nacional, funcionarios federales, profesionales, pintores, escritores, periodistas. El eslogan central era: "Ya llegó, ya está aquí el que va a chingar al PRI", que se mezcló con gritos de "¡Cuauhtémoc, Cuauhtémoc!" cuando el candidato del FDN, acompañado de su esposa y su hijo, hizo su aparición, con un traje azul oscuro y la misma cara de perro triste que ha paseado durante nueve meses por todo el país.

Caldeó el ambiente el ideólogo del neocardenismo, el ex dirigente del PRI Porfirio Muñoz Ledo, quien prometió "tomar el poder para el pueblo"; estaba en la tribuna, entre otros dirigentes, Heberto Castillo, el líder del Partido Mexicano Socialista, la principal fuerza de la izquierda, que renunció hace un mes a su candidatura en favor de la de Cárdenas.

Era algo más de la una de la tarde cuando el candidato tomó la palabra para hacer, antes que nada, un elogio de la figura de su padre, Lázaro Cárdenas, a quien los asistentes dedicaron uno de los más sonoros aplausos del día. "La esperanza ha renacido", dijo el sucesor del general socialista, . el pueblo vuelve a creer en su capacidad para transformar las "realidades". El tono era el mismo frío y distante que Cárdenas utiliza siempre y que, paradójicamente, tanto parece gustar en un país al que se supone propenso al populismo.

La oferta programática del aspirante presidencial incluyó, entre otros puntos, la recuperación de los valores revolucionarios y el respeto de la Constitución, la suspensión del pago de la deuda externa en los términos actuales, el replanteamiento de las relaciones con EE UU, "sobre la base del respeto a los derechos humanos y económicos de los trabajadores mexicanos" que viven al norte del río Bravo, y la "solidaridad con el pueblo nicaragüense".

Pureza electoral

Pero, antes de todo, manifestó, hay que garantizar la pureza del proceso electoral. "Conocenios las evidencias de cómo se está preparando el fraude".Acusó al candidato oficialista Carlos Salinas, de que "habla de respeto a los procesos electorales, pero no da garantías para el 6 de julio, sino que lo deja para los que vengan después". Calificó el proyecto de centro-progresista defendido por el PRI como "una cara reformada del fascismo".

Cárdenas confió en que "el Ejército sirva de freno contra quienes piensan en una provocación para ocultar el fraude". "El futuro será de progreso y libertad", pronosticó ante una multitud en la que se mezclaban los sentimientos de admiración casi religiosa de quien asiste a la resurrección de un mito, los deseos de cambio de gran parte de la sociedad y el rechazo al Gobierno actual y al PRI. Este conjunto de razones podrían dar al FDN el segundo lugar en las elecciones, según varias encuestas.