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Fabius, elegido presidente de la Asamblea francesa

Lluís Bassets

El ex primer ministro socialista Laurent Fabius fue elegido ayer presidente de la Asamblea Nacional francesa, en su primera sesión de la legislatura, gracias a los votos comunistas. Fabius obtuvo 301 votos, frente al presidente de la Asamblea de la anterior legislatura, Jacques Chaban-Delmas, que obtuvo 268. El primer ministro, Michel Rocard, dimisionario desde las cero horas de ayer, fue confirmado por un decreto del presidente de la República, François Mitterrand, que nombrará nuevo Gobierno el martes o el miércoles próximos.

Fabius, considerado como el heredero secreto de François Mitterrand, ha tenido que conformarse con el premio de consolación de la presidencia de la Asamblea, después de que fuera otro ex primer ministro socialista, Pierre Mauroy, quien consiguiera encaramarse en la secretaría general del Partido Socialista (PS), uno de los mejores trampolines hacia la candidatura presidencial.El presidente de la Asamblea es la cuarta jerarquía de la República, detrás del jefe del Estado, el primer ministro y el presidente del Senado. Los resultados electorales del pasado 12 de junio, que fuerzan a socialistas y centristas a la comprensión parlamentaria y más adelante a la alianza, han conferido a esta figura un papel de gran relevancia, mayor que la que podía esperar Fabius cuando se vio derrotado por Mauroy dentro del partido. Subido en la llamada percha de la Asamblea, el nuevo presidente deberá dirigir los movimientos de aproximación entre los distintos grupos parlamentarios, con el objetivo de conseguir la apertura tan ardientemente predicada por François Mitterrand.

Fabius, a sus 42 años, tiene una imagen contradictoria entre los socialistas, pero es, sin lugar a dudas, uno de los barones mejor preparados y colocados para ocupar la primerísima fila de la movida escena política francesa. Cuenta con las simpatías de Mitterrand, al que fascina con su eficacia de estudiante brillante y aventajado, pero buena parte de su partido le considera como un tecnócrata burgués y un advenedizo del socialismo, en contraste con la socialdemocracia cordial y obrerista de Pierre Mauroy. Su capacidad de gestión y su pragmatismo, que se expresó en el giro a la derecha efectuado por el Gobierno socialista entre 1984 y 1986, cuando fue con 37 años el primer ministro más joven de la V República, le colocan en buena posición para tender puentes hacia los sectores más dispuestos a una alianza de centro-izquierda, pero le sitúan durante cinco años fuera de juego en la batalla por el poder dentro del PS.

La apertura de la Asamblea Nacional tuvo su nota picante en el discurso pronunciado por el decano de los diputados, Frederic-Edouard Dupont, elegido bajo la etiqueta URC (Union du Rassemblement et du Centre), pero presente en la anterior Asamblea como diputado del Frente Nacional.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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