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Martí Perarnau

Espectador, atleta, periodista y organizador de los Juegos Olímpicos

Cuando, el 9 de agosto de 1992, acaben los Juegos Olímpicos (JJ OO) de Barcelona, Martí Perarnau habrá batido un récord de más dificil factura que los 8,90 metros de Bob Beamon en salto de longitud: participar en diversas citas olímpicas en las especialidades de público, atleta, periodista y organizador del evento deportivo. Ex campeón de España en salto de altura y ex jefe de deportes en diarios, radio y televisión, Perarnau será, a partir del próximo día 1 de julio, el responsable de facilitar el trabajo a los 4.000 periodistas de prensa escrita y gráfica que visitarán Barcelona dentro de cuatro años.

Martí Perarnau nació hace 33 años en Barcelona. Es hijo de un campeón universitario en los 400 metros vallas y está casado con Loles Vives, la primera española que bajó de los 12 segundos en los 100 metros lisos. Cuando iba camino de sus 1,90 metros de altura actuales recibió, en 1972, una beca por ser la mejor promesa deportiva del año. Rompió la hucha, se compró un billete de avión y se fue a Múnich, donde los atletas españoles le falsificaron una acreditación de deportista para que pudiera circular por el interior de la villa olímpica.En 1974 entró a trabajar en la sección de deportes del Diario de Barcelona, y dos años más tarde dejó el atletismo. Posteriormente pasó a ser jefe de deportes en Mundo Diario, desde donde cubrió los JJ OO de Montreal, y cuando este rotativo cerró sus puertas decidió volver a saltar, en esta ocasión hasta los 2,21 metros, que fueron su máxima marca y que le aseguraron una plaza en Moscú.

Desde 1980 hasta 1987 fue el responsable de deportes de TVE en Sant Cugat, y en noviembre pasado pasó a ejercer el mismo cargo en Radio Barcelona-Cadena SER, en la que ahora dirigirá un programa semanal. El 17 de octubre de 1986 Perarnau era el jefe del equipo de TVE desplazado a Lausana para retransmitir la decisión del Comité Olímpico Internacional sobre qué ciudad sería la encargada de organizar los JJ OO de 1992. Aquel día miles de personas seguían en directo, en la plaza de Cataluña, de Barcelona, sus palabras, que sólo fueron interrumpidas por las de Juan Antonio Samaranch. "La labor del equipo de 19 personas que fuimos a Lausana en aquella ocasión es uno de los mejores trabajos de mi vida", recuerda Perarnau.

"Los JJ OO serán lo que los periodistas expliquen en sus respectivos países", sentencia Perarnau pensando en su próximo cargo en el COOB-92. Afirma que el hecho de haber acudido como periodista a las reuniones olímpicas de Los Ángeles y Calgary le aporta una experiencia que utilizará para que la organización de Barcelona supere a la de Seúl, adonde viajará este verano para poder estudiar sobre el terreno cómo se coordinará en Corea del Sur el trabajo de la Prensa.

"En Los Ángeles nos trataron bastante mal. En Calgary el trato fue mejor, pero hubo errores tan tontos como que en la sala de prensa no había folios para los periodistas", explica.

Perarnau considera que su nuevo cargo representa, a pesar de seguir vinculado al mundo del deporte, un cambio de profesión. En 1992 más de 3.500 millones de personas estarán informadas en parte gracias a él, porque, entre otras cosas, no faltarán folios sobre la mesa.

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