Se buscaba un esqueleto
Un cuerpo humano sumergido en el agua se destruye al cabo de dos años, según diversos especialistas. Estas fuentes consideran que no se puede hacer un dictamen exacto sin evaluar la temperatura del agua, su composición y otros factores."Después de los años transcurridos desde la desaparición de Santiago Corella", afirma el forense José Antonio García Andrade, "ahora sólo sería posible hallar los huesos, aunque tienen un gran valor identificativo si llegaran a ser localizados".
Un cuerpo sumergido tarda más en descomponerse que si está en tierra. Algunos tratados de medicina legal indican que un cadáver en esta situación desaparece prácticarnente a los cuatro meses, de modo que solemente quedan los huesos.
En los embalses suele haber una fauna muy voraz, que se alimenta de restos orgánicos. Esto, unido a la acción del cieno acumulado en los fondos pantanosos, facilita la rápida descomposición.
"El agua no tiene por qué deteriorar los huesos", dice el doctor García Andrade, "a no ser que contenga sustancias sumamente corrosivas".
Éste no es el caso del embalse de la provincia de Jaén, y el mismo forense considera que, en caso de ser encontrados, es posible saber si pertenecen a Santiago Corella. "Además, puede haber otros elementos", añade, "como ropas, anillos o joyas, cuyo valor ideritificativo es muy importante".
Cal viva
El cráneo y las piezas dentarias son muy resistentes a la destrucción y tienen gran utilidad. para identificar a una persona. Estos huesos sólo se destruyen con sustancias muy corrosivas, como la cal viva.
El confidente Federico Venero -el joyero santanderino que sacó a la luz la mafia policial- tiene declarado en el sumario de el Nani que en una ocasión oyó comentar a alguno de los policías implicados que el cuerpo había sido arrojado en cal viva "y no le quedan ni los dientes".
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