Francisco Gómez Beltrán

En el cuerno de la abundancia en que se han convertido los concursos de televisión, este señor se llevó la bonita cifra de 4.220.000 pesetas por el solo mérito de saberlo prácticamente todo. Francisco Gómez Beltrán logró batir el récord del programa de televisión El tiempo es oro. Las bases del programa establecen un máximo de tres semanas para cada participante. De no ser así, este barcelonés de 36 años se hubiera quedado para siempre en pantalla columpiándose en el espectáculo de sus respuestas.

Los historiadores de la filosofía consideran a Leibniz como el último hombre que llegó a saberlo todo de todo. Después las cosas se complicaron y las fronteras del conocimiento llegaron a ser invisibles incluso para los grandes telescopios. Sin embargo, tras la estela de Leibniz se colocó hace años Francisco Gómez Beltrán, un rostro que en tres semanas ha alcanzado la popularidad gracias al alarde de su memoria en el programa de Televisión Española El tiempo es oro, que desde hace 60 semanas presenta Constantino Romero cada martes por la segunda cadena.En un tiempo en que la cultura se diluye en las últimas copas de la madrugada y el saber se transfiere sin complejos a las computadoras, este señor de sonrisa cariñosa y frente infinita es algo así como la mujer barbuda o el perro de dos cabezas. Francisco Gómez Beltrán es una excepción y es un espectáculo aun sin proponérselo.

En una cultura donde el latiguillo con que se suelen empezar las frases es este vago "de alguna manera", Paco Gómez es la seguridad. Y para él tiene tanto mérito responder las preguntas del concurso con todos los datos que recuerda, como admitir llanamente que no, que ni idea, que si no se sabe es que no se sabe. Lo que sucede es que toda España cree que este hombre lo sabe casi todo.

El vencedor de El tiempo es oro estudió filosofía pura en la universidad Central de Barcelona, e incluso se permitió un breve escarceo por la teología. Ejerció de profesor en diversas academias privadas hasta que decidió ser un hombre universal. Esta decisión lo llevó al ideal renacentista de compaginar disciplinas tan dispares como la literatura -tiene publicado un libro de prosa poética- o la tecnología. En este campo es el inventor de una farola solar a la que bautizó con el nombre de Reina Ginebra, en clara evocación a la leyenda de Lancelot y de la espada Excalibur.

"Mis grandes pasiones son la mujer y la música", dice. Pero Paco Gómez es soltero y, sin embargo, su vida cambió gracias a una mujer. "Conocí a una mujer superior, Inima Pibernat, ponlo si quieres. El aroma que ella me dejó me hizo otro hombre. Mientras contestaba las preguntas del programa lo hacía pensando en ella". Pero todo pasó.

Hoy este respondón está empeñado en la construcción de una gran fábrica de tecnología solar en la que los accionistas sean las comunidades más pobres y menos desarrolladas. "La conversión de la luz solar en electricidad es el futuro de nuestro país. ¡Imagínate con el solazo que cae en Almería.!". En los ojos achinados de Francisco Gómez hay un horizonte fugitivo que siempre va más lejos. Cuando ya ha conseguido meter la Tierra en su memoria prodigiosa ahora se dispone a domesticar el Sol. Sin miedo a quemarse.