40 'hooligans' detenidos en Düsseldorf y Colonia por agresiones y destrozos
Unos 40 hinchas ingleses fueron detenidos, a primeras horas de ayer, en Düsseldorf y Colonia después de que rompieran cristales y se enfrentaran violentamente con seguidores rivales, según informó la policía alemana. Fue la cuarta noche de violencia que tuvo como protagonistas a gamberros ingleses, lo que aumentó los temores de las autoridades alemanas de que puedan producirse incidentes similares esta noche, tras el partido crucial entre Inglaterra y Holanda, que se disputará en Düsseldorf.Con los nuevos, los detenidos ascienden a unos 180, principalmente ingleses, desde que se inició el viernes la Eurocopa. En Düsseldorf, un portavoz de la policía informó que se está investigando a grupos de gamberros que entonaron canciones nazis, saludando a la manera hitleriana, ilegal en la República Federal de Alemania.
Otro portavoz policial indicó que en Colonia varios cientos, de hinchas ingleses pasaron la noche completamente borrachos y tomaron las calles a primeras horas de la mañana, destrozando jardineras y volcando cubos de basura.
Tres personas fueron hospitalizadas al haber sido golpeadas por gamberros ingleses, mientras que otras fueron atendidas de contusiones, señaló el portavoz. "La situación no está fuera de control, pero no es fácil vigilar a estos grupos en una gran ciudad", añadió.
En Düsseldorf, concretamente, un ciudadano alemán resultó ligeramente herido y 18 hooligans ingleses detenidos por los altercados producidos en la parte vieja de la ciudad. Dieciséis de ellos fueron puestos en libertad tras pasárseles las borracheras, pero dos de ellos quedaron en la comisaría para ser interrogados, pues son sospechosos de agresiones a pedradas.
Ciudad tomada
En cualquier caso, la noche del lunes al martes se consideró relativamente tranquila en comparación con los primeros incidentes del partido inaugural, en Stuttgart, donde se produjeron auténticas batallas campales.La de ayer, en cambio, previa al partido Inglaterra-Holanda, vital para ambas selecciones, derrotadas en sus primeros partidos por Irlanda y la URSS, respectivamente, se temía de manera muy especial.
No en vano la presencia de 22.000 hinchas holandeses y 8.500 ingleses, con fama de ser los más violentos de Europa, había creado un ambiente de gran tensión. La policía, ante todo ello, previó un dispositivo de vigilancia sin precedentes en los partidos anteriormente disputados.
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