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Coches inteligentes

Siéntese ante el volante, gire la llave de contacto y prepárese. Los espejos retrovisores se pondrán automáticamente en la posición que usted quiera, el asiento se adaptará a sus contornos anatómicos, la radio sintonizará su emisora favorita y un mensaje iluminará una pantalla para recordarle su próxima cita. Informe a los sistemas de navegación de a dónde se dirige y la mejor ruta a seguir se dibujará sobre un mapa de una pantalla de vídeo. ¿Una visión del futuro? No del todo. Algunos de estos dispositivos electrónicos pueden conseguirse en modelos de lujo, aunque ni siquiera los millonarios puedan tener todos ellos en el mismo vehículo. Los coches inteligentes ya ruedan fuera del garaje. Los coches de hoy llevan en su interior chips de ordenador por valor de 300 dólares. Ajustan el sistema de inyección de la gasolina, y dirigen sofisticados sistemas antibloqueo de los frenos. También son elementos clave en los sistemas de regulación de voltaje, cierre de las puertas y alarmas antirrobo. Muchos coches de la General Motors usan un sensor de velocidad en vez de un cable para medirla. Tales chips poseen el mismo poder de cálculo que un ordenador personal. Pronto los automóviles estarán provistos de una jerarquía de microordenadores. A mediados de los años noventa podrían llevar dos o tres ordenadores, cada uno con la capacidad de un ordenador personal, capaces de llevar a cabo hasta seis millones de operaciones por segundo. 12 de junio

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