Incertidumbre en la segunda vuelta de las legislativas

Francia acude hoy a las urnas, por cuarta vez desde el pasado 24 de abril, para elegir en segunda vuelta 453 diputados, después de la elección directa, el pasado domingo, de 122 diputados en primera vuelta. Un total de 895 candidatos, que consiguieron superar el 12,5% de los electores inscritos, acuden a estas elecciones, frente a los más de 2.800 de la primera vuelta. Las elecciones se celebran en un clima de máxima incertidumbre, después de la sorpresa proporcionada el domingo pasado por la lista de derechas Union du Rassemblement et du Centre (URC), que consiguió superar a los socialistas en contra de todos los pronósticos.

La URC y los independientes de derecha consiguieron hace una semana el 40,52%, frente al 37,54% de los candidatos socialistas y afines, pero las últimas encuestas publicadas seguían proporcionando pronósticos favorables al partido socialista. Pero nada está jugado si se tiene en cuenta la escasa virtud predictiva de los recientes sondeos y el estrecho margen de votos, un centenar escaso en numerosas circunscripciones, por el que se puede: decidir el color de estas elecciones.Una variación de un 1 % de votos determinará el color de 53 escaños, mientras que será un 2% el que decidirá sobre un centenar de escaños más. El comportamiento de los 13 millones de franceses que se abstuvieron de votar el pasado domingo y el de los cinco millones que han perdido a su candidato entre las dos vueltas será crucial en los resultados de hoy, especialmente la proporción de los electores del Frente Nacional que trasladen su voto este domingo a la derecha clásica.

En buen número de circunscripciones se han producido retiradas de candidatos para favorecer a los mejor situados del campo ideológico más próximo, como resultado de acuerdos electorales entre las distintas formaciones.

Derecha-izquierda

Si las dos vueltas de la elección presidencial y la primera vuelta de las legislativas se produjeron bajo el signo de la "apertura al centro" lanzada por Mitterrand, la segunda vuelta de hoy ha significado la resurrección, durante una semana, de la fractura clásica entre derecha e izquierda, prietas las filas en cada campo alrededor de los pactos electora les entre socialistas y comunistas, por un lado, y derecha y ultraderecha, por el otro.El pacto entre la URC y el Frente Nacional, firmado en Marsella, pero con efectos nacionales, ha marcado la campaña electoral entre las dos vueltas, hasta crear profundas divergencias en las filas de la propia URC, donde personalidades como Raymond Barre o Simone Veil han expresado su estupor y han llegado a avanzar la posibilidad de crear un centro "republicano, social y liberal", hostil a todo acuerdo con la ultraderecha.

Para los socialistas, el acuerdo de los conservadores con Le Pen ha sido como pan bendito de cara a la movilización de su propio electorado y del electorado centrista sensible al peligro extremista. El Consejo Representativo de las Instituciones Judías y numerosas asociaciones religiosas islámicas han llamado abiertamente a votar por los candidatos socialistas y a condenar el acuerdo entre la derecha clásica y la ultraderecha xenófoba.

Las elecciones se juegan en 434 circunscripciones, pues 19 escaños quedarán adjudicados directamente con la emisión de un solo voto favorable, gracias la aplicación del pacto de mutuo desistimiento entre el PS y el PCF. Esta situación afecta a 10 diputados comunistas y nueve socialistas, los únicos que no tienen nada que temer de la elección de hoy. Dos escaños más -a sumar a los 122 atribuidos el pasado domingo y a los 453 hoy en juego- no serán cubiertos hasta el 26 de junio. Corresponden a la Polinesia francesa, donde la premura de tiempo de la convocatoria anticipada de elecciones no ha permitido organizar los comicios.

Los dos escaños polinesios pueden trascender la pura anécdota y convertirse en la clave de la mayoría si los resultados de hoy son muy ajustados, como sucediera en 1967, cuando el general De Gaulle pudo contar con la mayoría parlamentaria gracias al diputado elegido en Wallis y Futuna, dos pequeñas islas del Pacífico.

Otros dos escaños, adjudicados en primera vuelta a la derecha, pueden hacer bailar las cifras de la mayoría durante cuatro meses en caso de victoria muy ajustada. Se trata de dos circunscripciones donde la autoridad judicial anuló los resultados de dos candidatos socialistas -uno electo directamente y otro muy bien situado- por un defecto de impresión de sus papeletas electorales. La decisión ha sido impugnada, por lo que con casi total seguridad en el próximo octubre habrá que celebrar elecciones parciales para cubrir estos dos escaños.