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La oposición ecuatoguineana pide en Malabo la democratización del régimen

ANA CAMACHO ENVIADA ESPECIAL, El dirigente del opositor Partido del Progreso, Severo Moto, que llegó a Guinea Ecuatorial el sábado después de seis años de exilio, en un desafío al presidente Teodoro Obiang, espera en Malabo que el Gobierno dé respuesta a su exigencia de que sea derogada la Ley 7/86, que consagra el sistema de partido único. Las autoridades permitieron la entrada de Moto, que viajó acompañado de su brazo derecho, el abogado José Luis Jones.

Los observadores occidentales opinan que la tolerancia oficial ante la llegada de Moto es debida a que el régimen del presidente Teodoro Obiang se siente ahora más seguro tras la aprobación definitiva de la normativa que impone como condición para participar en las elecciones que los candidatos sean miembros del partido gubernamental. Obiang parece convencido de que tiene de su parte un sólido soporte legal y de que Moto ha actuado demasiado tarde.Frente a quienes alegan que la situación no se puede alterar debido a que, además, el Parlamento se haya disuelto, hay quienes ponen en tela de juicio la consistencia de las propias instituciones oficiales; para ello apuntan la reciente destitución del jefe de la Corte Suprema, Salvador Nsema, y el nombramiento en su lugar de Julio Ndong Mangue, que carece de título de abogado.

Por su parte, Severo Moto considera que la ley 7/86 "es anticonstitucional y se contradice con los convenios internacionales de la ONU sobre derechos civiles, sociales y culturales suscritos por el Gobierno".

Como contrapartida a la cauta actuación de las autoridades, los opositores se mantuvieron en una actitud discreta en sus primeras manifestaciones públicas. No se produjeron actos de bienvenida, tal como había advertido en Madrid un portavoz del Partido del Progreso, quien dijo que se habían dado consignas de serenidad en Malabo ante la llegada de Severo.

"La tolerancia del presidente era obligada puesto que nuestra misión se inscribe en los cauces de la vía pacífica; sin embargo agradecemos esta actitud y esperamos que continúe", declaró José Luis Jones. Y añadió: "Ello, sin embargo, no tiene que ser un pretexto para olvidar que hemos venido con unos objetivos y que no vamos a bajar la guardia hasta que se cumplan". Con ello se refería a la próxima incógnita de su estancia en Malabo que ahora se traslada a hoy, día en que su garante, André Louis, tiene previsto regresar a Bruselas.

"No tenemos miedo"

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Pase lo que pase, y aunque nos quedemos sin garante, hemos demostrado que no tenemos miedo", dijo a su vez Severo Moto al afirmar su satisfacción por el "clima de transición" que ha captado a su regreso al país, a pesar de la ausencia de efusiones por parte de sus partidarios.

En la ciudad, fuera del alcance de las miradas de las autoridades policiales, algunos conocidos acudieron a su hotel por efecto de los tamtanes -ya que los medios oficiales no se hicieron eco de su regreso.

Una mala jugada por parte de las autoridades de Malabo entraba dentro de los cálculos asumidos por los opositores de cara a su regreso a Guinea. Sin embargo, el golpe de escena lo dieron los representantes de numerosos partidos políticos españoles que habían confirmado su participación en el viaje con Severo Moto y que se desengancharon, inesperadamente, 24 horas antes de la fecha prevista. El PSOE fue el único partido que desde un principio dio un no rotundo al llamamiento de solidaridad y apoyo a la operación. Su justificación es la delicada situación como partido en el Gobierno y, por lo tanto, susceptible de eventuales acusaciones por parte del presidente Obiang de injerencia en los asuntos ecuatoguineanos.

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