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Los árbitros quieren vallas en las canchas de baloncesto para evitar invasiones multitudinarias

Robert Álvarez

Todos los estamentos del baloncesto mostraron ayer su repulsa por los incidentes registrados al término del partido del pasado martes entre el Barcelona y el Madrid, cuando un centenar de jóvenes se enfrentó a la policía y destrozó sillas, banquillos y canastas. Los incidentes continuaron en La Rambla, donde fueron detenidos cuatro jóvenes. El Colegio Nacional de Árbitros pedirá medidas drásticas, entre otras, la de obligar a todos los clubes a instalar vallas de separación entre las gradas y la pista. La Asociación Nacional de Policía Uniformada (ANPU) pidió ayer la dimisión del jefe superior de Policía de Barcelona.

El presidente del Colegio Nacional de Árbitros, Ángel Sancha, presenció los incidentes desde el palco, y firmó el anexo del acta junto al árbitro principal, Juan José Neyro. "En el informe se refleja que, a falta de unos segundos para el final, los árbitros tuvieron que dar por concluido el partido a causa de la invasión generalizada de la pista". "Creo que se debía haber acordonado la pista para impedir que fuera invadida", añadió Sancha. "Fue un aviso muy importante. Los árbitros queremos que se instalen vallas protectoras fijas que impidan el acceso del público a las pistas".

El responsable de la sección de baloncesto del Barcelona, Salvador Alemany calificó los hechos de "lamentables" y dijo que "el contacto tan cercano entre el público y la pista es una cosa muy peligrosa". Alemany no quiso calificar la actuación de la policía, que realizó una contundente carga para dispersar a los jóvenes que invadieron el parqué, aunque manifestó que "si se hubiera hecho un cordón previo, tal vez se hubiesen evitado los incidentes posteriores. Pero los hechos sorprendieron a la policía y después resultó muy difícil controlar la situación".

En el Madrid, pese a la derrota, existía ayer cierta situación de alivio. "No quiero ni pensar en lo que hubiese sucedido si llegamos a ganar en el último segundo y en una jugada confusa", dijo Mariano Jaquotot, vicepresidente del Madrid. Respecto a si estaban previstas medidas en el pabellón madridista para evitar situaciones de este tipo, Jaquotot dijo: "No existían previsiones, porque no imaginábamos que pudiese su ceder algo así. A partir de ahora habrá que actuar, y lo de Barcelona nos sirve como aviso a todos. Pero va a ser difícil. No existe espacio para la policía. Delante de las vallas no pueden estar, porque tapan la publicidad, y detrás no hay espacio para ellos. La única solución seria ubicar a la policía en los pasillos. Pero hasta ahora el baloncesto español, en bloque, no quería asumir que podía suceder algo así. Pensaba que eso sólo existía en el fútbol".

"No quiero vándalos"

Fernando Martín también fue muy critico: "Me da igual que esto haya sucedido en Barcelona. Pensaría lo mismo si hubiese pasado en Madrid, Bilbao o Valencia, y creo que los jugadores del Barcelona, como de mostró Solozábal, están de acuerdo conmigo. Esto puede acabar con el baloncesto y es culpa de todos. ¡Menos mal que ganaron ellos! Insisto, me da igual que sean Boixos Nois o UItrasur. No quiero vándalos en mi deporte".

El gerente de la Asociación de Clubes. Eduard Portela calificó los hechos como "extraordinariamente graves". "Tendrá sus consecuencias", añadió, "pero la Asociación no tiene nada que decir, es competencia del comité de competición". Portela considera que "la policía actuó demasiado tarde".

El juez único del comité de competición, Luis Tena, comentó, "presencié los incidentes por televisión. Actuaré según lo que diga el informe arbitral, pero pienso que el propio espectáculo es bastante sanción para un club como el Barcelona, que no tuvo ninguna culpa. Incluso vi cómo Solozábal intentó calmar los ánimos".

Ayer, cuatro jóvenes permanecían detenidos por los incidentes que se produjeron en La Rambla unas horas después del partido. Los detenidos son Joaquín M. N. y Jordi H. B., ambos de 17 años, por quemar una bandera española, y José M.A. y Luis N.C. de l6 y 22 años respectivamente, por lanzamiento de diversos objetos contra las fuerzas del orden público, además de destrozar cabinas telefónicas y papeleras. Unos 1.000 jóvenes, algunos de ellos portadores de banderas independentistas, cortaron el tráfico de La Rambla con sillas metálicas, apedrearon y golpearon vehículos con matrícula de Madrid, quemaron una bandera española, e incendiaron un tenderete electoral de Convergéncia i Unió.

La Asociación Nacional de Policía Uniformada (ANPU), un sindicato de tendencia conservadora, considera que la policía debió mostrarse más severa. Este sindicato solicitó ayer la dimisión del jefe superior de policía de Barcelona, Enrique de Federico, y del comisario jefe de la Brigada Regional de Seguridad Ciudadana (BRSC), Víctor Cuñado, por la "vergonzante actitud de la policía".

Un portavoz de la jefatura informó que se adoptó una postura cauta para evitar males mayores. "La misión de los agentes era evitar que fueran atacadas la pareja arbitral y los jugadores del Real Madrid". Los responsables del diseño de seguridad se lamentan del aumento de violencia en las pistas de baloncesto, "porque en caso de invasión de la cancha, muy poco puede hacer la policía. O se retiran en desbandada o pasa una carnicería".

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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