_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Contradicciones

Miami vice vuelve a despedirse de la programación de Televisión Española, con serias posibilidades de no volver ya. Algunos de los episodios que hemos podido ver en esta última etapa son de la pasada temporada (muy recientes si tenemos en cuenta el tradicional desfase existente en TVE entre la producción original y la emisión en España).Televisión Española ha agotado los más de 40 episodios que aún tenía comprados en ese horario-hormigonera que es la sobremesa, que consume los telefilmes día tras día a una velocidad de vértigo, sin tener en cuenta su concepción original como episodios semanales. Otro tipo de series -como Falcon Crest o Los Colby-, dada su estructura de serial, con continuación eterna de historias tan inacabadas como vacuas, parece adaptarse mejor a ese apartado de la programación.

La difusión diaria de los episodios de Corrupción en Miami ha perjudicado notablemente a este telefilme, de planteamientos bastante lineales y repetitivos. Por otro lado, la emisión incontrolada y descuidada de los episodios -incluso dos de ellos, continuación el uno del otro, se llegaron a ofrecer saltados de orden, creando un evidente desconcierto en la audiencia- tampoco ha ayudado a la marcha de la serie.

Curiosamente, gracias a ese descontrol, hemos podido apreciar con nitidez las dos etapas fundamentales de su historia. Los últimos capítulos emitidos recogían ya algunas de las más significativas innovaciones que Michael Mann, creador del telefilme, introdujo en su argumento con el fin de reactivarlo en Estados Unidos. De un día para otro hemos visto cómo le ha crecido el pelo a Don Johnson, ha cambiado sus camisetas por camisas, se ha casado con la cantante Sheena, Easton y ha mostrado en público a su hijo, desconocido hasta la fecha. Philip Michael Thomas se ha dejado la barba, ha abandonado los trajes rosas y ha ganado en elegancia. Hasta el monocorde teniente Castillo ha modernizado su estrecha corbata por otra de diseño más actualizado, sin abandonar su clásica vestimenta oscura.

La línea argumental de la serie también ha cambiado de repente. Los últimos guiones que hemos podido ver tenían mucha mayor consistencia, y la estética de puro videoclip que la caracterizaba ha disminuido su presencia. La inclusión de nuevos personajes -en especial, la temporal participación de Sheena Easton- también ha abierto nuevas posibilidades a los guionistas. Otra importante modificación ha sido la de romper la tradicional norma de la serie, de sólo ocuparse de la lucha contra el tráfico de drogas, para ampliar el campo de los delitos y delincuentes contra los que debe enfrentarse el departamento antivicio.

Discordancias

La falta de cuidado a la hora de buscar la correcta emisión de los telefilmes en España nos ha acostumbrado a ver episodios que festejan la Navidad norteamericana en pleno verano español -en Luz de luna-, a ver comer gachas como supuesto típico plato tejano -en De 9 a 5- u otras discordancias similares. Pero en el caso de Miami vice, la urgencia por quitarse de en medio los episodios que restaban ha creado demasiadas contradicciones. La hora no ha sido la mejor de las posibles teniendo en cuenta el tipo de audiencia de la sobremesa, pero la sorprendente modificación de vestuarios, personalidades y argumentos de un día para otro ha debido resultar aún más impactante para cualquier asiduo seguidor de la serie.Corrupción en Miami se emite hoy a las 15.35 por TVE-1.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_