Discreto optimismo con poco volumen
Un ambiente medianamente optimista, al que apenas acompaña el dinero, continúa siendo la tónica de los mercados de valores. En la mañana de ayer se produjeron avances generalizados gracias a la resistencia que muestran los inversores a deshacerse de sus títulos. Esta ausencia de papel ha permitido al mercado concederse un pequeño respiro tras las bajas de la semana anterior y aguardar con más tranquilidad la publicación del dato económico de turno, favorable en esta ocasión. La preocupación por el IPC tampoco es grande, lo que contrasta con la falta de órdenes de compra que apoyen esa aparente confianza.Los valores eléctricos abrieron con unos corros entonados a los que sólo les faltaba un poco más de dinero, pero la buena voluntad suplió esa carencia y las cotizaciones registraron alzas generalizadas. La mayoría de los sectores aprovechó la buena disposición del mercado, pero siempre con el recuerdo del anterior patinazo de los analistas internacionales con respecto al déficit comercial norteamericano. Los rumores eran escasos en esta ocasión, y nadie parecía muy convencido al repetir aquello que acababa de escuchar, lo que influyó en el número de compromisos contraídos.
Los valores bancarios consiguieron deshacerse de p arte de las órdenes de venta de días anteriores e iniciaron el esperado repunte previo a las juntas de accionistas. La noticia de la integración de Banesto y Central pasó casi inadvertida, aunque la suspensión de la contratación de ambas entidades por la Bolsa de Barcelona causó cierto desconcierto entre los habituales.
Las posiciones al cierre mostraban otra vez algunos tanteos compradores, pero todavía marcados por la selección lógica de los momentos de incertidumbre.
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