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ELECCIONES AUTONÓMICAS EN CATALUÑA

En busca del centro perdido

J. M. P., Alianza Popular entró por primera vez en el Parlament la pasada legislatura. A caballo del resurgir electoral de Fraga en 1982, coincidiendo con la liquidación de UCD, el partido conservador aspiró entonces y aspira ahora a ocupar el espacio del centrismo, cuya fuerza política llegó a representar un 17% del electorado catalán.

A lo largo de la legislatura AP ha realizado una política fluctuante y, a veces, contradictoria para formular un mensaje que fuera captado en dos direcciones. Una, por el electorado centrista prestado a Pujol desde 1984 y, otra, por el segmento más conservador de la población catalana, claramente reticente al proyecto autonómico, pero que hoy representa buena parte del apoyo electoral que permite que AP siga existiendo. El partido conservador ha combinado un proceso de aggiornamento -a la realidad catalana que ha supuesto que líderes como Jorge Fernández Díaz o Enrique Lacalle se expresen habitualmente en catalán y cambien sus nombres de pila por Jordi y Enric, que los documentos de su último congreso hayan sido editados también en catalán o que la senyera haya entrado en sus sedes. Junto a ello, AP ha sido el único partido del Parlament que ha levantado su voz contra supuestas discriminaciones de sectores castellanohablantes, para lo que ha suscrito iniciativas como la de solicitar que la rotulación municipal de Barcelona se haga de forma bilingúe, o ha aplaudido la sentencia de la Audiencia Nacional que obliga al circuito catalán de TVE a enútir informativos tambien en castellano.

En sus relaciones con CiU y con la izquierda, AP ha jugado también un doble papel. Por ejemplo, tuvo que cerrar, no sin tensiones internas, un pacto casi sin contrapartidas con CiU para arrebatar algunas alcaldías a la izquierda en 1987, y decidió por el contrario, mantener un frente común de la oposición en el debate sobre el juego en el convencimiento de que todo lo que debilite a Pujol aumenta sus posibilidades de ser su socio imprescindible en el futuro.

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