El Gobierno polaco espera reducir por hambre a los obreros de Gdansk
Unos mil trabajadores se mantenían ayer en huelga encerrados en los astilleros Lenin, de Gdansk, que se hallaban rodeados por fuertes contingentes policiales. Una reunión que sostuvieron los dirigentes de la huelga con la dirección de los astilleros terminó por la noche sin resultados positivos, según fuentes de los trabajadores.Parte de los obreros habían logrado salir del recinto industrial eludiendo el control policial. Las autoridades, que desde el viernes cortaron el suministro de alimentos a los huelguistas, parecen esperar que el hambre y el agotamiento haga innecesario un desalojo violento.
En la acería de Nowa Huta, cerca de Cracovia, la dirección de la empresa no logra normalizar la producción pese a haber recuperado el control de las instalaciones tras su violenta toma por parte de fuerzas especiales de la policía. La ausencia de más de un tercio de la plantilla, que decidió proseguir su protesta acogiéndose a la baja médica, hace imposible la puesta en marcha de la mayoría de las secciones de producción.
Ayer, Bogdan Lis y Janusz Onyszkiewicz, dos dirigentes del sindicato Solidaridad, fueron condenados a tres meses y seis semanas de cárcel, respectivamente, por su participación en las protestas.
El vicepresidente del Parlamento polaco, Mieczyslaw Rakowski, que en el último año parece haberse convertido en el hombre de Moscú, advirtió que conflictos como los habidos esta semana ponen en peligro las reformas en toda la comunidad socialista y sólo favorecen a los sectores más inmovilistas de la sociedad. El general Wejciech Jaruzelski reconoció que "se habían cometido errores" en la forma de presentar la reforma a la sociedad, pero reiteró su decisión de aplicarla.
Apoyo papal a los huelguistas
Por su parte, el papa Juan Pablo II rompió el silencio vaticano de los días pasados sobre su país natal al sobrevolar el océano Pacífico, en viaje a Uruguay, adonde llegó anoche, informa Juan Arias. El papa justificó las huelgas y subrayó que "el problema neurálgico de Polonia es la falta de democracia". "En Polonia", añadió, "la sociedad se halla en una situación económica dificilísima, pero todos están convencidos de que para resolverla no bastan cambios superficiales sino hacen falta reformas políticas sustanciales". Y añadió: "Lo que allí hace falta es una sociedad democrática, donde todos puedan participar en las responsabilidades comunes".[El secretario de Estado adjunto de EE UU, John Whitehead, entretanto, expresó ayer desde Washington la preocupación de su Gobierno por la situación polaca y advirtió que el regimen polaco puede comprometer seriamente la ayuda que recibe de Occidente para sus reformas económicas si mantiene su negativa al diálogo con los huelguistas, informa France Presse].
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de EL PAÍS Domingo
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