Mucha adrenalina
Steven Bochco comenzó a trabajar en la idea de La ley de Los Angeles en 1984, cuando aún era productor ejecutivo de Canción triste de Hill Street. Un año antes, Bochco había fracasado estrepitosamente con Bay City Blues, un programa concebido con el guionista de Canción triste, Jeff Lewis, en torno a un pequeño equipo de béisbol. La serie se convirtió en una de las más caras de la historia de la televisión (Bochco llegó a encargar la construcción de un pequeño estadio) y es una de las más ignoradas por el público en el momento de su debú, lo que llevó a su inmediata cancelación en diciembre de 1983, después de sólo cuatro episodios.La experiencia de Bay City Blues consolidó la fama de gran gastador de Bocheo, que en esos momentos ya tenía problemas con los directivos de la MTM, la productora de Canción triste por los altos costes de la serie (cada episodio costaba entonces entre 1,3 y 1,6 millones de dólares). "La impresión que yo tenía era que habíamos creado un monstruo, y o bien lo respetabas o lo destruías", comentaría más tarde Bochco. La MTM, en marzo de 1985, optó por una muy distinta solución: darle el finiquito al creador del invento. El despido, según Bochco, tuvo motivaciones personales. En los medios de la MTM se le venía considerando una persona conflictiva, arrogante, y en general era mal recibida la preeminencia que había tomado su figura.
El multitudinario éxito de L. A. Law ha devuelto a Bochco al preminente lugar que ocupara con Hill street. Incluso, la CBS -competencia directa de la cadena para que él suele trabajar, la NBC- le ha llegado a ofrecer el puesto de jefe de programas. Con el fracaso de Bay City Blues, Bochco aprendió que "hay que contar historias que produzcan mucha adrenalina; si no tendrás problemas". La ley de Los Ángeles la produce en abundancia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.