Las críticas al impuesto relgioso son propias de una 'república bananera' según los obispos
El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, el obispo Ramón Echarren, calificó ayer de provincianas y propias de una república bananera algunas críticas sobre el llamado impuesto religioso, por el que los contribuyentes asignan parte de su contribución tributaria a la Iglesia. "Esto es un caso único de esa incultura que ha sido tradicional en nuestro país", agregó Echarren, obispo de Canarias. En una conferencia de prensa celebrada ayer en Madrid para presentar las líneas maestras del documento La Iglesia y los pobres, Echarren dijo que la sociedad española "lleva camino de alcanzar unas cotas de agresividad que el día menos pensado pueden convertirse en un infierno". "Es posible: que eso explote, y va a explotar; no será la primera vez que ocurre en la historia", declaró, y agregó: "Me da mucha pena la incultura que significa. todo eso".
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