Glen Wilson: "Las interpretaciones históricas requieren más sensibilidad musical que las modernas"
El músico holandés, defensor del pianoforte, ofrecerá esta noche un concierto en Barcelona
Glen Wilson es uno de los máximo defensores del pianoforte, antecedente del piano que conocemos actualmente. El músico, que esta noche ofrecerá un concierto es el Centre Cultural de La Caixa (Barcelona), defiende la utilización de los instrumentos de época y afirma que "las interpretaciones históricas requieren mayor sensibilidad musical que las modernas".
En su primera visita a Barcelona, Glen Wilson ofreció anteayer un concierto con el Anisterdam Fortepiano Trío, del que es miembro fundador. Ayer y hoy impartirá sendas clases magistrales sobre las sonatas de Haydn y Mozart y esta noche ofrecerá de nuevo un concierto, pero esta vez en solitario, con un programa dedicado a Mozart y Beethoven.Para este músico holandés, las diferencias entre tocar Mozart y Beethoven en un pianoforte o hacerlo en un piano moderno son abismales. "En un pianoforte el teclado es más ligero, la pulsación más articulada y relajada y la acentuación cambia constantemente", afirma Wilson, "todo, en definitiva, es más fluido. En cambio, un instrumento moderno tiene una mecánica más pesada y es necesario ejercer más fuerza con los brazos, lo cual obliga a tocar de una forma más rígida".
En los últimos años los detractores y los defensores de las versiones históricas de estas obras han entablado una guerra dialéctica que todavía no ha finalizado. "Las interpretaciones de estas obras en un pianoforte son más interesantes, más ricas", prosigue Wilson. "Un pianoforte posee mayor riqueza armónica y, además, en él es más fácil articular y acentuar tal como lo concibió el compositor".
Defensa encarnizada
A pesar de esta defensa encarnizada, Glen Wilson opina que no todo acaba con la utilización de instrumentos antiguos. "Tocar la música con un instrumento adecuado no es lo único importante", afirma. "Es necesario poseer un gran espíritu musical. Comúnmente se cae en el defecto de pensar que si se han leído un par de tratados históricos y se posee una buena copia, ya se puede tocar auténtico; es necesaria, además, una gran sensibilidad musical, mucho mayor para tocar al estilo histórico que al estilo moderno, porque las lecturas históricas son mucho más activas, suceden más cosas".Los que opinan que Beethoven o Mozart al componer pensaban en un instrumento más perfecto están locos", prosigue Wilson. "Para esta gente el Stenway actual es el instrumento ideal, pero ¿quién puede atreverse a decir eso? No se trata de pensar qué hubiese hecho Mozart si hubiese dispuesto de un moderno Stenway; Mozart estaba muy contento con su Walther y con su Graf, y también Beethoven durante una época lo estaba".
En los últimos 25 años la búsqueda de la autenticidad en las interpretaciones preclásicas se ha convertido en un verdadero boom en toda Europa. Para Glen Wilson, de origen norteamericano, que emigró a Europa para estudiar y trabajar con los pioneros de este movimiento, se trata de "la revolución más importante en el mundo de la música que ha acontecido después de la II Guerra Mundial".
"Es un fenómeno muy importante", dice Wilson refiriéndose al boom de la música antigua, "pero me asusta la palabra autenticidad y el dogmatismo que casi siempre le acompaña. He oído más interpretaciones de calidad de música antigua entre las realizadas sobre instrumentos modemos que las realizadas sobre instrumentos de época, porque en el mundo de los instrumentos originales falta todavía el verdadero espíritu musical o está en un estadio primitivo".
Al hablar de pianofortes, Glen Wilson se refiere, a copias realizadas actualmente siguiendo los cánones de la época. "Prefiero una buena copia, porque casi todos los instrumentos antiguos están dafiados por el tiempó", afirma. "Los pianofortes envejecen rápidamente, son de construcción muy ligera y delicada y se estropean con facilidad". Wilson viaja con su propio pianoforte, una'copia realizada en Anisterdam por el constructor Paul McNulty, según un modelo de Anton Walther fechado en Viena hacia 1795.
Babelia
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