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LAS NUEVAS COMUNIDADES / 6

Escépticos y pesimistas

La única encuesta sobre la popularidad del ente regional al cumplirse los cinco años de vigencia del estatuto fue publicada por El Diario Montañés en mayo de 1987. El 38% de los consultados respondió que, en su conjunto, la autonomía ni había beneficiado ni perjudicado a la región; el 22% hablaba de ventajas, mientras el 11,2% las negaba; los cántabros reclamaban mayor autonomía para la ganadería y la industria.

Que la autonomía regional no disponía de competencias suficientes como para alcanzar una administración eficaz lo creía la mayoría de la población, que culpaba más al Gobierno regional que al central de la situación de crisis económica. Su empeoramiento progresivo bajo el régimen autonómico es reconocido por el 40,9% de la población y que están las cosas mucho peor lo cree el 29,7%. Sólo 6 de cada 100 personas se sienten satisfechas.

Un reciente análisis de la comunidad autónoma llevado a cabo por la Diputación regional sobre parámetros culturales y niveles de identidad revela que la gran mayoría de los habitantes de Cantabria (el 84,03%) se considera con derecho a disfrutar del mismo techo autonómico que poseen catalanes y vascos y que la entrega de sus impuestos al Estado debe ser también igual que en aquellas regiones.

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