El traidor por excelencia
Las primeras declaraciones del joyero Federico Venero a la policía, en noviembre de 1985, sionificaron el pistoletazo de sailda del escándalo de la mafia policial. La valoración que los jueces hagan de su testimonio condicionará el desenlace del por la desaparición de Santiago Corella, el Nani, según una entrevista al joyero santanderino que publica el semanario El Globo en su número de esta semana. Para quienes resultan implicados en el caso, en su mayoría funcionarios policiales hasta entonces a la sombra de to a ospecha, señala el semanario, el joyero Federico Venero personifica al traidor por excelencia.Miembros de la Brigada de Régimen Interior -conocida como brigada Anticorrupción- reconocen en privado, tras más de dos años de investlgaciones, que "el 90% de lo que dijo Venero ha resultado cierto". Sin embargo, sus declaraciones le han acarreado que el aristócrata Jaime Messía Figueroa, desde su exilio en Brasil, le considere "hombre muerto".
"Tengo la completa seguridad de que tarde o temprano vendrán por mí", declara Venero en la entrevista. El joyero santanderino asegura que está convencido de la muerte de Santiago Corella. "Intenté ayudarles a preparar una coartada [a los policías implicados], cuando, como decían ellos en el argot que usaban: 'Ese juez nos quiere meter un marrón", prosigue Venero, quien atribuye esa frase al comisario Francisco Javier Fernández Álvarez, procesado en el caso.
El joyero sostiene, a lo largo de la entrevista, que el comisario Fernández Alvarez "sabe perfectamente dónde está el Nani', y que éste no pudo salir por su propio pie de las dependencias policiales después de los malos tratos que se le aplicaron. Al mismo tiempo, considera que el abogado del comisario, José Emilio Rodríguez Menéndez, "es el jefe" de la mafia policial.
Venero reconoce haber recibido bastantes amenazas en los últimos tiempos por su colaboración con la brigada Anticorrupción, que ha significado el ingreso en prisión de decenas de personas.
