La gran comedia
Se fue, con el tango, Marlon Brando y llegan Spencer Tracy y Katharine Hepburn para cubrir el hueco. Una gran pareja. Dos soberbios actores a quienes vamos a poder ver juntos y por separado en un ciclo ciertamente atractivo, aunque provisto de algunas ausencias graves.Empieza a caminar con la Hepburn en solitario si bien nadie podrá echar de menos a Tracy, puesto que la actriz está aquí rodeada de dos señores como Cary Grant y James Stewart, lo que no es mala compaftía. Digamos ya que Historias de Filadelfia, para muchos, y no sin un sólido criterio detrás, es una de las mejores comedias jamás realizadas. Se la puede poner al lado de La fiera de mi niña, Indiscreta o El apartamento, tres obras maestras no cogidas al azar: Historias de Filadelfia, aunque comedido, tiene un punto de screwball comedy, un cierto desmelene hawksiano; tiene la sofisticación y elegancia, la serena suavidad del filme de Donen y, como el de Wilder, es una incómoda crítica de la sociedad norteamericana.
Y concretamente de la alta sociedad, sus bodas, sus fiestas, sus borracheras, sus abusos... Historias de Filadelfia parte de una pieza de Philip Barry escrita para la pantalla por uno de los guionistas más fértiles que ha dado el séptimo arte, Donald Odgen Stewart, hombre de confianza de Cukor, que le tuvo en varias de sus mejores obras. Muy bien escrita, pues, muy bien dialogada y muy bien puesta en el espacio que absorbe los residuos de las revistas del corazón y los escupe sin piedad sobre un entramado costurabrista elaborado a mano, artesanalmente, por el ojo perspicaz y algo femenino de Cukor.
Cukor no tiene prisa. La película dura hora y tres cuartos y el eineasta se recrea con calma proponJendo una intensa mirada a los personajes -al trío mencionado básicamente- con inolvidables escenas largas corno la de la borrachera noctur.na o la consiguiente del desayuno y la resaca. Salidas al jardín, baños en la piscina y flirteos bajo la glorieta son momentos culminantes de una comedia alta en todos los sentidos, extraordinariamente cosida y protagonizada por unos actores insuperables. Su nuevo tránsito televisivo permitirá apreciar otra vez una sutilidad mágica, un secreto de cocina genérica que con Cukor, con Hawks, La Cava, Lubitsch y media docena de genios más se fue para siempre de las pantallas. Claro que tampoco Grant, He]pburn, Stewart y Odgen Stewajt parecen tener hoy relevo.
Historia de Filadelfia se emite hoy, a las 22.25, por TVE1.
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