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Carmen Garrido

Volantes, colores y lunares

Andrés Fernández Rubio

"Ahora mismo se llevan los volantes al hilo", dice Carmen Garrido, que no está hablando de la última moda de París, sino de algo tan autóctono como son los trajes de flamenca. De 37 años, casada con un economista sevillano, lleva 14 acudiendo sin interrupción al Rocío, la popular romería onubense en cuyo trayecto mujeres y hombres desfilan no por la pasarela, sino a caballo. Garrido, que siempre se ha confeccionado los trajes para la ocasión, decidió hace dos años crear una línea de moda flamenca femenina para la venta, trajes exclusivos de corte clásico, pero con la imaginación puesta en los colores.

Recientemente, Carmen Garrido presentó su nueva colección en un local madrileño donde gente muy trajeada trasnocha a ritmo de sevillanas. En el escenario, las modelos no eran profesionales, sino jóvenes de la alta sociedad, que lucieron los vestidos bailando racialmente.A Carmen Garrido esta vocación de la costura flamenca le nació en el Rocío, cuando la gente le preguntaba por el autor de los trajes que llevaba. Como el autor era ella misma, pensó que merecería la pena desarrollar su imaginación en esa línea, y de ahí nacieron sus colecciones, la última de ellas compuesta por 15 trajes rocieros, de falda y blusa, y 19 de flamenca.

Se trata de vestidos exclusivos, para que no puedan producirse esas situaciones de comedia psicológica en las que dos personas se evitan en las ferias por ser portadoras de trajes exactamente iguales.

"Desde mi punto de vista, el traje de flamenca tiene que ser clásico", dice Carmen Garrido, y lo que me divierte es meter colores que favorezcan mucho. Ahora gusta el contraste y las mezclas fuertes, en trajes de lunares, y suaves en los de flores".

Para Garrido, lo que se lleva en este estilo son los escotes en pico y los volantes salidos rematados con bolillos o con tira bordada, dentro de una línea tradicional que evita los escotes cerrados y apuesta por las mangas de farol. Según la diseñadora, la popularidad de lo flamenco no va a decaer por lo menos hasta 1992. "Lo que se dice de que España está de moda es cierto", afirma. "Hace poco estuve en París y en muchos clubes ponían rumbas y sevillanas. Por otra parte, diferentes modistas internacionales están utilizando elementos característicos de los trajes flamencos. Por ejemplo, los volantes".

Ese interés de los diseñadores, Garrido lo atribuye a que la ropa flamenca, que es muy ajustada, "favorece mucho, realza la figura y permite jugar con muchos elementos. No es lo mismo un traje con volantes que otro que tenga una falda recta".

Carmen tiene dos hijos, de nueve y cuatro años, ha sido decoradora y azafata, y afirma que se dedica al diseño de moda como distracción, sin aspirar a vivir de ello, en un campo en el que, dice, hay ya mucha competencia.

Sobre si este movimiento de moda con aire andaluz tiene un rasgo de elitismo relacionado con una clase social privilegiada, dice que no: "Si alguien va a la Feria de Abril o del Rocío verá a todo el mundo vestido de flamenco; en todas las ferias andaluzas es así, y no se trata de algo que pueda atribuirse a una clase social determinada".

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