Condenada a 22 años la mujer de Oliva que envenenó con arsénico a su marido y a uno de sus hijos
La Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 22 años de prisión a Encarnación Tornero, conocida como la envenenadora de Oliva, por dos delitos de parricidio en grado de tentativa. Encarnación envenenó con arsénico a su marido, Vicente Sansaloni, y a uno de sus tres hijos, de 13 años, con intención de causarles la muerte, según el tribunal. La sentencia señala que Encarnación Tornero introdujo en la comida de las dos víctimas, durante varias semanas a lo largo de 1985, cantidades importantes de arseniato sódico. Ambos tenían en la sangre 10 veces más arsénico de lo normal.
El ingreso del esposo y el hijo en centros hospitalarios evitó su muerte, aunque ambos padecen secuelas físicas. Los problemas familiares se remontan a los primeros meses del matrimonio. Encarnación se casó con Vicente Sansaloni estando embarazada de dos meses de otro hombre, según la sentencia. Sansaloni creyó que el hijo era suyo, pero después de la boda Encarnación le reveló la verdad. Esta circunstancia produjo continuos "reproches mutuos" entre los cónyuges. "Se trata de una tragedia rural", dijo el defensor en el juicio. Posteriormente, la inculpada tuvo con su esposo un segundo hijo, el que ha sido víctima del envenenamiento. Finalmente, dio a luz a un tercer hijo, fruto de sus relaciones con un amante, Vicente Pellicer.Encarnación, de 33 años, utilizó un insecticida contra las hormigas para envenenar a sus víctimas. Este producto de venta en cualquier droguería, está compuesto por un 4,5% de arseniato sódico y un 95,5% de azúcar, que actúa como cebo. La procesada conocía el producto y sus "peligrosos efectos" porque hace años fue propietaria de una droguería.
El fiscal había solicitado 34 años para la procesada por dos delitos de parricido en grado de frustración, pero el tribunal ha estimado que no hubo frustración, sino tentativa. La condena se desglosa en 14 años, ocho meses y un día por el envenenamiento del hijo, y ocho años y un día de prisión por el del marido. La inculpada deberá indemnizar a su esposo con 144.000 pesetas y a su hijo con tres millones de pesetas.
José Luis Pérez, presidente de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, que ha entendido del caso, explicó ayer a este periódico la diferencia de condena afirmando que "con su marido pudo tener discrepancias en su vida, pero el hijo estaba al margen de todo".
A la última sesión de la vista oral del proceso, celebrada el martes de la pasada semana, asistió como espectadora María Blasco, que se encuentra en libertad bajo fianza y en espera de juicio por haber envenenado supuestamente a su esposo, Pelayo Amores, jefe de la Policía Municipal de Alaquás. La policía investigó la posible relación entre los dos hechos, pero finalmente descartó los supuestos contactos.
María Blasco había mantenido conversaciones telefónicas, las cuales fueron intervenidas por la policía, con otras mujeres sobre presuntos envenenamientos a sus esposos respectivos para dejarlos impotentes en represalia por sus infidelidades. Este hecho fue recordado en el juicio de Encarnación Tornero por su esposo, en el transcurso de un careo. La sentencia no se ha pronunciado
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